Situación en frontera
Veo con simpatía varios contenidos publicados en las páginas políticas. Como aprecio un enfoque patriótico en los contenidos sugiero se estudie la cantidad de dinero que se va del Uruguay a través de sus fronteras mercosurianas. Lo que ahí sucede es una sangría bestial a la economía doméstica y terminamos pagando el trabajo del extranjero.
En mi departamento, que no supongo excepcional, aunque estamos en la frontera con Brasil, los empresarios más prósperos además, son los que venden cosas importadas, por este lado algún impuesto queda, pero seguimos la sangría de recursos que también paga trabajo fuera de fronteras.
¿Es mesurable este daño? ¿Por qué se tolera?
Un saludo afectuoso
Francisco García M.
CI. 1811933-6
Despistados en la oscuridad del bosque
En su columna dominical del día 31/01 del diario El País, el Sr. Juan Martín Posadas, devenido en politólogo, hace un análisis del “Paisaje Político” actual. En su análisis, compara a Cabildo Abierto con el Partido de la Gente por el simple hecho de ser partidos nuevos en la arena política y concluyendo que CA tiene “despiste respecto a los objetivos políticos de largo alcance”.
La razón de este “despiste”, según Posadas, es por el manejo del proyecto de limitación a la forestación presentado por CA a través de su diputado por Tacuarembó, el Dr. Rafael Menéndez.
Estaría bueno que el Sr. Posadas nos explique, si vio el debate acerca del proyecto organizado por USU, la posición del Partido Nacional respecto al mismo. Yo vi el debate. Y vi al Senador Sebastián Da Silva (el mismo que trató de inexperientes y perfilistas a los diputados de CA) coincidir en muchos temas con el Diputado Menéndez acerca de la necesidad de hacer cambios al status quo forestal. ¿Sera porque USU salió a apoyar la iniciativa demostrando que CA va por el camino correcto?
También le invito a que lea las versiones taquigráficas de la comisión de Agricultura de Diputados. Ahí podrá ver el “despiste” de varios de sus integrantes y de otros actores interesados que participaron durante meses en las discusiones del proyecto.
Este proyecto ha sido atacado vehementemente por actores de todo tipo de ideologías y por periodistas entendidos. Señal que CA va en el camino correcto en guiar al país a salir de la penumbra del bosque.
Atentos saludos
Julio M. López
¿Dónde quedó el honor?
Decía el legendario General Sun Tzu, en su obra El arte de la guerra que la mejor defensa es un buen ataque y ciertamente que lo es.
A lo largo de la historia, han sido numerosas las veces en que se ha utilizado el ataque como una buena técnica, desde la guerra, hasta el fútbol, sin dejar de lado a la política.
Parece muy lejana aquella época en que los hombres se batían a duelo por el honor; se miraban a los ojos, caminaban veinte pasos y de frente se disparaban.
Hoy las cosas han cambiado, algunos eligen no mirar a los ojos y escudarse en la prensa -aquella que se presta vaya a saber uno porqué- para cobardemente intentar desacreditar a las personas.
Se ha vuelto práctica frecuente, poco ética y repudiable, filtrar información privilegiada para llegar a la opinión pública o quizá para enviar algún tipo de mensaje.
Entonces se me viene a la mente la pregunta: ¿por qué? será por aquel refrán: “Ladran, ¿es señal de que cabalgamos”?
Cuando las personas realizan sus actividades profesionales, empresariales, comerciales, etc. están expuestas a los avatares de las mismas y sometidas a distintas normas que regulan la vida de una sociedad; someterse a esas normas, justamente, es lo que corresponde.
Bueno sería que quienes promueven la “puñalada trapera”, se preocuparan por aquellos que no se han sometido a norma alguna, utilizando sus influencias y cargos importantes para malversar arteramente los dineros de todos los uruguayos.
En un momento de inflexión en la política del país donde comienzan a aparecer nuevos liderazgos, con una clara visión de contribuir al bien común, aún existen centros de poder que se sienten amenazados y tratan de mantenerse en el mismo a como dé lugar, caiga quien caiga, cueste lo que cueste.
Quince años de gobiernos de pseudo izquierda, sin dudas, cambiaron la cultura en muchos ámbitos, fomentando el doble discurso, la falta de ética, de transparencia, donde lo político pasó a estar por encima de lo jurídico y donde el honor pasó a ser un valor en vías de extinción.
Quiero pensar que la llegada del nuevo gobierno y el recambio de autoridades, ha traído vientos nuevos, donde las nubes pasen y los colores de la patria queden.
Quiero pensar que usar prácticas reñidas con el honor y la hombría de bien, a la larga lleva a quienes lo hacen a sitios desde donde no hay retorno moral y donde los costos se paguen con creces.
Quiero pensar que quienes siguen tejiendo ardides desde las sombras, no han tenido en cuenta otra gran frase del General Sun Tzu: “la invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad es una cuestión de ataque”.
Jorge Rodríguez
Puertos y políticos
El puerto es uno de los generadores principales de la riqueza y desarrollo de una región o país. Por este motivo los cargos directrices deberían ser ocupados por personas con un mínimo conocimiento de los temas portuarios y el currículo de los nuevos responsables debería contener los méritos profesionales que el cargo requiere, y no ser designados por cuotas políticas o para compensar a quienes no han sido electos en puestos de representación parlamentaria.
Con los nombramientos políticos, carentes de criterios profesionales, se pone a un puerto en manos de las fuerzas internas: personas con años de servicio y vicios adquiridos, generalmente por una inercia de continuismo estático. Esto es lo opuesto a la renovación que se necesita para procesar cambios.
Cuando los temas técnicos son “capturados” por los políticos, primero se convierten en temas técnico – políticos, luego en político – técnicos y al cabo de los años lo técnico desaparece y se convierten en intereses políticos. La competitividad, la excelencia, la generación de riqueza y de puestos de trabajo se apartan de una concepción técnica y son absorbidos por el amiguismo partidario. Se comienza a difundir información política a través de medios de comunicación afines al poder de turno, luego se inician determinadas acciones, generalmente sobre el pequeño o mediano empresario/emprendedor, con el propósito de ir acostumbrando a la sociedad, a la incapacidad de los políticos y sus amigos. Finalmente se toma posesión del sistema portuario, invocando el bien común, la estrategia país y la competitividad, sin fundamentos técnico económicos de ningún tipo.
Los puertos necesitan una cierta tormenta de ideas e innovación, lo cual genera una presión sobre el sistema, imprescindible para superar el estancamiento rutinario. Esto no se consigue con una gestión politizada, por lo general acompañada de burocratización y del manejo propio de los políticos y sus satélites.
Para dirigir un puerto se requiere conocer el tema y desarrollar una gestión lejos de planteamientos partidarios cuyo horizonte apenas alcanza las próximas elecciones. Un puerto gestionado por políticos, en donde los cargos gerenciales se designan por afinidad política y no por capacidad, está condenado a la ineficiencia y a la pérdida de oportunidades.
En el mundo empresarial, cuando aparece una dificultad o se ha de tomar una decisión, el responsable recopila la información disponible, la analiza, la valora y decide un camino, el cual mantendrá hasta que se tenga nueva información o cambie la situación. Los políticos actúan en función del mayor beneficio partidario y se ven obligados a recompensar a las personas que los han ayudado a mantenerlos en el poder.
En la actualidad, donde el negocio marítimo está cada vez más globalizado, se necesitan gestores que estén al día de cómo va cambiando el mundo marítimo, los tipos de cargas, la operatividad y la digitalización de las terminales. El menor error de planteamiento generará un puerto obsoleto que podría, incluso, quedar fuera del mercado de fletes.
Para que los puertos tengan viabilidad futura en función de los cambios que se están produciendo en el mundo, deberían estar al frente de los mismos profesionales con criterio portuario y no dejarlo en manos de personas con perfil político pero cuyo conocimiento marítimo y portuario es prácticamente inexistente. Cuando sucede esto, el puerto compite en desventaja con otros puertos dirigidos por autoridades expertas.
Si en su país está sucediendo algo similar a lo relatado anteriormente, debería hacerse la siguiente pregunta: ¿No será hora de cambiar?
Boletín Marítimo
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