El doble discurso –algunos los llaman doble vara para medir cosas iguales o parecidas– parece inherente al ser humano. Aflora cuando el presunto penal es favorable a nuestro equipo. Lo reclamamos con fuerza, insistimos en que el árbitro debe cobrarlo, que no puede ser que no lo haya visto. O es ciego o venal. Si no lo marca, la semana siguiente la dedicamos a hablar del caso. Coincidimos con algunos periodistas, y a los que no comparten nuestra opinión los llenamos de vituperios. Si el penal es en contra, sacamos la otra biblioteca de argumentos y esto se repite una y otra vez. Usted dirá: ¡es fútbol!
El problema es más grave cuando pasamos esa dual percepción de la realidad a la política.
Cabildo Abierto presentó el año pasado un proyecto de Ley Forestal. Sin entrar al análisis del asunto, lo que entiende el hombre común (como quien esto escribe), es que se están utilizando para forestación tierras aptas para otro tipo de explotación. El motivo es que quedan cerca de las plantas de celulosa, y así, estas abaten el costo del flete. Lo que propone el proyecto es regular esta situación: usar la tierra de acuerdo con su calidad. Si queda más lejos para las plantas de celulosa, es un costo que estas deberán absorber.
El proyecto de Cabildo obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados, porque fue apoyado por el FA y el PERI. Desde filas oficialistas se considera inadecuada la sanción de una norma que no cuente con mayoría dentro de la Coalición Republicana, como lo expresaron varios legisladores. El señor presidente adelantó su intención de hacer uso del veto si la ley es aprobada.
Contemporáneamente, se presentó un proyecto de ley de eutanasia y suicidio asistido por parte del diputado Pasquet y otros legisladores colorados. La mayoría de la Coalición no ha estado dispuesta a acompañarlo. Por supuesto que sería más económico matar a los viejos y los enfermos. Así lo hacían los espartanos, los esquimales de “El país de las sombras largas”,los médicos de Hitler.
Si se sumaran los votos del FA, la iniciativa del Dr. Pasquet de suicidio asistido se podría aprobar. El tema en sí parece bastante más delicado que regular la forestación. En cuanto a la forma, se está haciendo lo mismo que se critica. Igual que con el penal del ejemplo, ¿vio?
¿El señor presidente también vetará este proyecto en caso de aprobarse? Esperemos que sí. Estas ocasiones –como la solución a los prisioneros políticos– son apropiadas para fortalecer su estatura de estadista. “Sea vuestra palabra, sí, sí; no, no, todo lo que pasa de esto de mal procede”.
Aguardamos con fe.
Gerardo Ramos
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