Decía el legendario General Sun Tzu, en su obra El arte de la guerra que la mejor defensa es un buen ataque y ciertamente que lo es.
A lo largo de la historia, han sido numerosas las veces en que se ha utilizado el ataque como una buena técnica, desde la guerra, hasta el fútbol, sin dejar de lado a la política.
Parece muy lejana aquella época en que los hombres se batían a duelo por el honor; se miraban a los ojos, caminaban veinte pasos y de frente se disparaban.
Hoy las cosas han cambiado, algunos eligen no mirar a los ojos y escudarse en la prensa -aquella que se presta vaya a saber uno porqué- para cobardemente intentar desacreditar a las personas.
Se ha vuelto práctica frecuente, poco ética y repudiable, filtrar información privilegiada para llegar a la opinión pública o quizá para enviar algún tipo de mensaje.
Entonces se me viene a la mente la pregunta: ¿por qué? será por aquel refrán: “Ladran, ¿es señal de que cabalgamos”?
Cuando las personas realizan sus actividades profesionales, empresariales, comerciales, etc. están expuestas a los avatares de las mismas y sometidas a distintas normas que regulan la vida de una sociedad; someterse a esas normas, justamente, es lo que corresponde.
Bueno sería que quienes promueven la “puñalada trapera”, se preocuparan por aquellos que no se han sometido a norma alguna, utilizando sus influencias y cargos importantes para malversar arteramente los dineros de todos los uruguayos.
En un momento de inflexión en la política del país donde comienzan a aparecer nuevos liderazgos, con una clara visión de contribuir al bien común, aún existen centros de poder que se sienten amenazados y tratan de mantenerse en el mismo a como dé lugar, caiga quien caiga, cueste lo que cueste.
Quince años de gobiernos de pseudo izquierda, sin dudas, cambiaron la cultura en muchos ámbitos, fomentando el doble discurso, la falta de ética, de transparencia, donde lo político pasó a estar por encima de lo jurídico y donde el honor pasó a ser un valor en vías de extinción.
Quiero pensar que la llegada del nuevo gobierno y el recambio de autoridades, ha traído vientos nuevos, donde las nubes pasen y los colores de la patria queden.
Quiero pensar que usar prácticas reñidas con el honor y la hombría de bien, a la larga lleva a quienes lo hacen a sitios desde donde no hay retorno moral y donde los costos se paguen con creces.
Quiero pensar que quienes siguen tejiendo ardides desde las sombras, no han tenido en cuenta otra gran frase del General Sun Tzu: “la invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad es una cuestión de ataque”.
Jorge Rodríguez
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