El Acuerdo de Saltsjöbaden, firmado entre la SAF (Asociación de Empresas Suecas) y la LO (Confederación de Sindicatos Suecos) en 1938, sigue vigente en su esencia hasta el día de hoy. En su época representó un hito que ha servido de modelo para todo el mercado de trabajo. También ha llegado a representar una forma particular de encarar las relaciones laborales, al que habitualmente se ha dado en llamar “espíritu de Saltsjöbaden”, que se distingue por la voluntad de cooperación, el respeto mutuo, el esfuerzo por llegar a soluciones pacíficas basadas en el compromiso y el sentido de la responsabilidad. Este Acuerdo surgió como respuesta a la amenaza de una reforma legislativa, ya que ciertas formas de acción industrial y sus efectos causaban gran preocupación. Por ello, el Acuerdo era también reflejo del deseo de los agentes sociales por salvaguardar la libertad de regular sus propios asuntos bilaterales, sin que mediara la interferencia de las autoridades gubernamentales. El espíritu de Saltsjöbaden marcaría el clima de las relaciones laborales durante las décadas sucesivas a la posguerra.
Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound)
TE PUEDE INTERESAR: