El senador Guillermo Domenech ha sido y es casi el único legislador que ha enfrentado con sólidos argumentos jurídico-políticos los embates y las injerencias del exterior como asimismo de los cipayos que aquí moran y traicionan como Judas, desde el trabajo de las Comisiones que es donde se preparan los proyectos. No es el único, ya va dicho, pero sus conocimientos jurídicos, filosóficos, históricos y morales hacen que sus actuaciones luzcan mejor, más precisas y más fundamentadas.
Y claro, por defender verdades grandes como puños no es muy bien visto por el establishment “bien pensante” y de centro izquierda en que se ha convertido nuestro gobierno a pesar de que no se le votó para ello. Porque hay que ser claro, la frase de que “el que calla otorga” si bien no es totalmente ajustada a Derecho, sí es aplicable políticamente, que de eso se trata aquí. Quedarse impávido cuando algún funcionario internacional de tercer rango (bien pago, eso sí) viene a decirnos qué tenemos que hacer en tal o cual rubro o ver cómo desde la Torre Ejecutiva o del Poder Legislativo se omite todo comentario, o peor, se justifica lo antinacional, no es otra cosa que callar y otorgar, habiendo existido de esto algún suceso no muy lejano en el pasado tan repudiable y vergonzante contra nuestro país que es preferible no hablar de él para no ruborizarnos al máximo.
A algunos no les molestará, allá ellos, pero a muchos otros sí dado que llevamos ínsito en nosotros el sentimiento de Patria. Ese sentimiento que en su momento inspiró a Timoteo Domínguez, comandante del pequeño destacamento oriental de la isla Martín García que lo llevó a no arriar la bandera sino a cortar su mástil y llevárselo junto con ella; ese mismo sentimiento es el que llevó al Dr. Luis A. de Herrera a oponerse a la instalación de una base aérea norteamericana cerca de Laguna del Sauce, aún sabiendo que le dirían nazi; es ese sentimiento que en su momento, jaqueado por los representantes diplomáticos de Gran Bretaña, Estados Unidos y Brasil (¡qué trío!) hizo que el ex presidente Pacheco Areco no quisiera negociar con la subversión que tenía cautivos a ciudadanos de dichos países.
Pero que quede claro: el senador Domenech no está solo, ni dentro ni fuera de su partido, porque los orientales sabemos distinguir a aquellos que lo merecen de otros que en algún momento se pusieron la campera de un ejército extranjero. Y porque valoramos cómo Artigas le supo decir que no a Pueyrredón.
Por los frutos se conoce el árbol se dice y en este caso el fruto resulta por demás valorable para llevar adelante la tarea que se ha autoimpuesto Cabildo Abierto. ¿Que ha tenido algunos errores y ciertos desencuentros? Sí, como es lógico en toda formación política, máxime de muy corta edad. Por tanto quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra, como dijo Álguien hace dos mil años. Pero allí estará el senador Domenech poniendo firmeza cuando que hay que hacerlo y ordenando las cosas cuando aparecen desordenadas. Para decirlo futbolísticamente: ¡gran compañero de zaga tiene el senador Manini!
Dr. César Eduardo Fontana
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