Hoy quiero hablar de un problema generalizado que padece Uruguay, el endeudamiento familiar. Sí, porque cuando el jefe de familia se endeuda es un problema que comienza afectando a todo el núcleo medular y también a los familiares más cercanos. ¿Sabe por qué? Por las consecuencias que padece un hogar cuando surge el problema económico. Dos de los efectos más comunes del estrés financiero son la ansiedad y la depresión, que comienzan afectando la salud con pérdida de sueño, preocupación, desesperación, mal humor y tantos otros que colgados del problema primario (la deuda) se desarrollan, como el problema en el matrimonio.
El endeudamiento desencadena un montón de consecuencias negativas para el día a día de la familia, para la cotidianidad, ya que quizás lo más simple, que es ir a trabajar, no lo hacemos bien porque tenemos un problema de fondo que no podemos resolver, un dato no menor que es causado por la angustia y la depresión y en el peor de los casos conduce al suicidio, decisión que muchos han tomado porque no logran solucionar un tema que los ahoga, aprisiona y que muchas veces encierra, porque no saben cómo salir de él.
Es claro que nadie se endeuda intencionalmente, porque no es agradable recibir intimación de pago judicial o llamadas intimidatorias por parte de los estudios jurídicos que compran los créditos, porque si en algún momento se recurre a un préstamo es para resolver un problema y el resultado es que adquieren un problema mayor. Hoy, lamentablemente, nuestro país no cuenta con contralores adecuados de las autoridades competentes con respecto a los intereses que se cobran, desmedidos, excesivos, usureros. La forma de intentar salvaguardar este tema grave es llegar a las firmas e implementar el plebiscito. Si nos tomamos un minuto para analizar el endeudamiento familiar, es un problema grave. Los motivos pueden ser diversos, incluso a nivel personal, porque no todos tenemos la capacidad de resolver nuestros inconvenientes de la misma forma, no todos podemos discernir las consecuencias de lo que padecemos ni todos podemos manejar las situaciones adecuadamente y si nos damos cuenta, caminamos hacia un abismo interminable, cayendo en la muerte jurídica, impedidos de adquirir un simple producto a través de un crédito.
Hoy expongo este punto de vista, apelando a la solidaridad humana que debe existir entre individuos que hacemos parte de una sociedad, que se ha degenerado a través del individualismo y el egoísmo, hoy quiero pedir ayuda a cada uruguayo que tenga la intención de firmar contra la usura y por una deuda justa, que se acerque a quien tiene formularios, que se informe o que se comunique al 0800 1146.
¡Entre todos, el problema tiene solución!
Abogada
Dirigente Cabildo Abierto, Rivera
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