Por eso la noche que dormimos en la cima, cuando Tintín regresó al fuselaje y permanecimos descansando para afrontar la escalada final, fue como el arco iris después de la tormenta. Ahí estábamos los dos en medio de la nada, en la cúspide de la inmensa pared de hielo, aquella que durante sesenta y cinco … Sigue leyendo El mensaje de la montaña
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