El escritor argentino Pacho O’Donnell en el prefacio de su libro “Los héroes malditos” antepone una pregunta que se hacía Cicerón: ¿Quién ignora que la primera ley de la historia es no osar decir nada falso ni temer confesar toda la verdad?
Los escribidores militantes del frentismo, trasvestidos en aparentes historiadores, han dejado un relato falso y mentiroso, instalado en los textos de enseñanza, con el fin de formar opiniones tergiversadas en una juventud que no vivió en la época del criminal levantamiento guerrillero, y es obvio, en cuanto a rigor histórico, están muy lejos de la aseveración ciceroniana.
Pero no ha sido esa la única pesada herencia de los quince años de administración frentista, pues día a día surgen informaciones de las corruptelas, negociados, trapisondas y “mordidas” que se practicaban con el apañamiento y cobertura de las organizaciones sindicales.
Con justificada indignación, el senador Jorge Gandini contestaba a la FENAPES, que no hay persecución sindical, sino denuncia penal por delitos como el fraude y la falsificación por los 500 días que se pagaron sin trabajar y los que año a año se tomaban de “licencia sindical”, con lo que se estafó al Estado y perjudicó la educación.
Del mismo modo, enfático en sus expresiones, ante la injustificada denuncia por Katoen Natie, les recordaba el acomodo de Montecon, que cada tres meses durante dos años obtuvo prórrogas “truchas” sin la autorización legal pertinente. Y frente a las duras críticas del presidente del Frente Amplio (FA) Fernando Pereira se preguntaba sorprendido ¿dónde estaba Pereira? ¿O es que no se acuerda del país que nos dejaron? ¿Olvidó el altísimo desempleo del 10%, o el déficit fiscal del 5%, o del brutal aumento de 1.400 millones de dólares en la deuda externa, cuyo servicio la actual administración se esfuerza para pagar puntualmente y así salvaguardar el crédito del país?
Al día de hoy, han recrudecido los paros y los conflictos en casi todas las áreas, con imputaciones del FA y del PIT CNT, respecto de aquellas que precisamente han sufrido el deterioro institucional y el mayor desgaste por la torpeza en sus dirigencias como lo son la seguridad, la educación, la salud y la energía.
La seguridad en manos de Bonomi y del enfermero hermano del ex Presidente, cuya falta de conocimientos y aptitudes resultaban muy notorias, hoy obligan a un esfuerzo descomunal para mejorarla desde el bajísimo nivel en que la dejaron.
La energía no constituye solamente la explosiva quiebra de ANCAP, puesta a cargo de quien no tenía la menor idea y que terminó fundida y debió ser recapitalizada a un costo de 800 millones de dólares.
Porque también la UTE sabe de negocios ruinosos, merced a los cuales tenemos hoy la energía más cara de la región. Ante las críticas del Ing. Ramón Méndez, uno de los padres del estupendo “negocio” de la regasificadora y del cambio de la matriz energética con su parque eólico, fue contundente la respuesta del Director de UTE Ec. Enrique Pées Boz, quien le dijo que, aunque compartía las fuentes de energía renovables, se estaba pagando un precio seis veces mayor que el normal por mega vatio (U$S 120 en vez de U$S 20), con el agravante de que estos leoninos contratos se extienden por el plazo de 15 o 20 años más.
Los desaciertos históricos de las administraciones frentistas, hacen todavía sangrar al país, con el peso de endeudamientos que seguimos pagando. Recordamos al Cr. Astori que trajo para relanzar PLUNA al Cr. Matías Campiani y dijo: “cuando las cosas se proyectan bien, deben salir bien” (lo estamos viendo en la TV ). Pasado un tiempo y gracias a una labor invalorable del Dr. Carlos Moreira, que le sacó la careta a Campiani, quien era un vulgar estafador y en las sesiones del Directorio de PLUNA hablaba en inglés para que no le entendieran los representantes del FA que, ni siquiera hablaban ese idioma. El gobierno, que le había salido de garantía de la compra de los aviones, porque Campiani no puso nada, perdió casi 100 millones de dólares.
Así, de éxito en éxito se fue forjando el resultado de las tres administraciones del FA que hoy, olvidadizo de gestiones en las que se despilfarraba el dinero y se acentuaba el endeudamiento, de la incapacidad alarmante de sus cuadros y de las corruptelas que hoy se averiguan en los Juzgados Penales, se ponen en severos censores de un gobierno que para empezar su gestión, apartando la inútil hojarasca y la rapacidad, tenía que poner orden en todas las áreas, sacar corruptos y ventajeros, erradicar los cogobiernos sindicales en la educación, terminar con sospechosos contratos en el MIDES, eliminar superfetación de cargos en contratos que agudizaron la sobrecarga burocrática y procurar que la eficiencia y la honestidad -tan ausentes en esos largos años- fueran las condiciones irrenunciables de toda la función pública.
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