El tema que hoy nos convoca, es la elección de un Intendente para nuestra ciudad, convengamos que eso es solo una forma resumida de mencionar que vamos a votar para colocar a una persona en el puesto de mayor responsabilidad a nivel ciudad. Dicho esto, debemos convenir en que dada la complejidad, variedad y magnitud de las actividades, tareas y decisiones que habrán de desarrollarse, ni por asomo se logran enfrentar por un solo individuo, por más que aplique toda la capacidad y voluntad que tenga.
Somos conscientes que la persona que seleccionemos debe tener en primera instancia el criterio conciliador, actitud para escuchar, entender y posibilidad de actuar, pero no caprichosamente, sino una vez habiendo asignado en cada área, a personas de su confianza que sean capaces de desarrollar mecanismos adecuados a necesidades, disponibilidad y posibilidades, aportándole recién entonces recomendaciones fundadas para poder tomar decisiones y asumir compromisos que puedan cumplirse con los menores inconvenientes posibles. Es habitual escuchar en todo proceso eleccionario, variadas propuestas y promesas, algunas más o menos desarrolladas, otras muchas expresadas solo como intención, y algunas pocas un tanto descabelladas.
No habré de entrar en ese formato, el espíritu que me mueve no responde a interés alguno que no sea trabajar con criterio para instalar un proceso de mejora continua que nos permita a cada uno de nosotros, desarrollar nuestras diarias actividades en una ciudad que no percibamos como hostil para la normal convivencia.
“Habremos de instalar una gestión donde los servicios municipales que aplican en áreas como movilidad urbana, gestión de residuos, y todo lo vinculado a vivienda tengan un tratamiento adecuado”
Por si quedan dudas, el gobierno central indudablemente tiene entre muchas potestades y obligaciones, la responsabilidad de mantener, consolidar y mejorar las posibilidades de toda una Nación, mantenernos formando parte de un concierto internacional sin desentonar pero sin perder identidad, y pautar leyes de convivencia pacífica que permita a cada individuo desarrollar su individual actividad en las mejores condiciones posibles; pero está faltando en este resumen si se quiere caprichoso por lo escueto, un punto medular: el día a día; aquí es cuando entramos en el terreno de acción municipal, notemos entonces que dentro de parámetros de acción normales de un gobierno central correcto, podemos percibir, disfrutar o padecer más, en consonancia y respuesta a una gestión municipal que a la de un gobierno central -en las condiciones de normalidad antes mencionadas-.
Es por ello que lo que propongo, es una gestión municipal adecuada y en concordancia con lo que el estado del arte en el concierto mundial permite lograr como aplicación sensata en nuestra realidad; disto de conformismo con la dinámica actual de nuestra querida ciudad, pero a fuerza de ser justo, como no habré de esmerarme en resaltar logros de actual y pasadas gestiones, tampoco habré de distraerme en críticas.
Utilizaré tiempo, dedicación, esfuerzo y capacidad, en diseño y aplicación de mecanismos y normas, que ya sea introduzcan modificaciones a procesos en práctica, descarten algunos e incorporen otros, permitan en primera instancia lograr el primer específico objetivo de una gestión municipal, que Montevideo resulte para todos nosotros, sus habitantes, una ciudad donde querer vivir, no por obligaciones y compromisos de trabajo o estudio.
Tampoco por la inercia de continuismo, o porque ya tenemos resuelto un espacio físico inmueble dónde vivir, ni siquiera porque en una ciudad comparativamente más grande que otras, sea más posible encontrar forma de ganarse el sustento.
Todos y cada uno de estos motivos, más muchos otros que no viene al caso mencionar, si bien son importantes y en casos y situaciones específicas son excluyentes, no quiere decir que se pierda de vista el objetivo de vivir y convivir en armonía, de sentirnos parte de un agradable ambiente vivo que nos integre y que resuelva nuestras necesidades, porque así percibo una ciudad.
“La economista Laura Raffo merece mi mayor consideración y respeto por su profesionalidad y calidad de persona”
Si has leído hasta aquí con atención, seguro tienes inquietudes y dudas, coincido en que no es fácil confiar en cuánto se lee o escucha, y que por buenas que sean las intenciones, el choque con la realidad puede muchas veces resultar abrumador; es por ello que habré de concentrarme en romper esa barrera de duda razonable, argumentando de manera racional y fundada.
La alternativa que propone la coalición, es la economista Laura Raffo, persona que merece mi mayor consideración y respeto, por su profesionalidad y calidad de persona. Pero no se agota en ello, pues esta propuesta responde a un consenso, que si bien es político, también es acertadamente funcional, pues cuenta con el respaldo de todos los partidos que integran la coalición, y cada uno de esos partidos propone para apoyarla, a personas que como en mi caso, se alinean tras su impronta.
Se trata de resumir en un programa de acción municipal, una forma de gestión distinta, donde lejos de priorizar continuismos, habremos de instalar mecanismos que permitan a los montevideanos que sus derechos sean respetados, y que todos asumamos una cuota parte de compromiso para con nuestra ciudad.
No pensemos en delegar autoridad y poder de decisión en un acto de votación y luego desentendernos. El punto es concurrir a un acto de votación con la convicción de que las personas que ayudamos a ocupar cargos realmente van a representar nuestros intereses: una administración cristalina y con fondos asignados a obras; que estas obras sean probadamente necesarias y ejecutadas en tiempo y forma al debido costo. También habremos de instalar una gestión donde los servicios municipales que aplican en áreas como movilidad urbana, gestión de residuos, y todo lo vinculado a vivienda -solo por citar algunos rubros- tengan un tratamiento adecuado y ajustado a las realidades y necesidades de las personas.
Justamente la garantía de compromiso está en la variedad de fuerzas que componen la coalición, razonablemente podríamos poner en duda el poder de realización si dependiera de una sola de esas fuerzas, pero ciertamente, el gozar del beneficio de la pluralidad de decididos compromisos, actuando en competencia productiva promoverá soluciones que, de otra manera, difícilmente se podrían conseguir.
En el caso específico de Cabildo Abierto, que en esta instancia represento, permítanme comunicarles que el desarrollo de acontecimientos previos a este consenso, motivó que ya dispongamos de un cuidado programa de acción municipal, que será con gusto puesto en consideración de la candidata y los demás integrantes de equipo de trabajo. De la misma manera, habré de recibir con agrado, pautas o programas de los demás partidos de la coalición, para que del análisis de la variedad, obtengamos el mejor producto de programa ejecutable.
Por último, pido a los montevideanos, que si bien lo que tenemos no es tan malo, no nos conformemos con ello, pues ciertamente no es todo lo bueno que puede y debiera ser. En siguientes instancias, cuando la sintonía funcional del grupo de trabajo esté a punto, y lo resuelto como proyecto específico se haya consensuado, con gusto habré de entrar en detalle sobre cómo habremos de aplicar y desarrollar el ideal de ciudad que nos ocupa y desvela.
(*) Candidato por Cabildo Abierto como segundo suplente para la Intendencia de Montevideo