“En el ámbito de la cultura postmoderna, el odio es reservado a quien no se arrodilla delante de las verdades reveladas de la religión que se autoproclama progresista”.
Tiempo antes de fallecer, un medio le hacía un reportaje al contador Danilo Astori en el que afirmaba que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) debía ser “seregnista”. En el Uruguay de hoy el término seregnista es poco significativo, más bien equivale a decir no marxista, dada la realidad del Frente Amplio, donde el PCU y el MPP son mayoría, amén de otros partidos menores que también lo son.
¿Cuál es la razón para que el MEF sea seregnista? La razón es para que la economía no se colectivice. Durante los quince años que gobernó el FA no existieron expropiaciones, nacionalizaciones, ni estatizaciones como las de otros populistas del continente.
Para que no ocurran grandes desastres como las “velas al socialismo” con Alas UY, EnVidrio y algunas más que no trascendieron, como la colectivización forzosa ocurrida con el tambo en Cololó (los mejores campos del país) que nunca se habló. Lo terrible es que estos fanáticos continúan hablando de socialismo, ignoran la realidad y perseveran en que lo que dice el burócrata es correcto. Esas familias tamberas no murieron de hambre porque estaban en Uruguay, si fueran familias rusas, chinas o coreanas, otro habría sido su desenlace.
¿Un MEF seregnista? Eso era posible cuando el seregnismo rondaba el cincuenta por ciento del FA, ¿qué fuerza tiene hoy para imponerlo? Cuando la mayoría del FA dice que su objetivo es el socialismo, lo es en su “hegemonía cultural”. Como la estructura económica socialista ha fracasado (la prueba es la disolución de la Unión Soviética y el abandono por parte de China de la economía colectivista y su pasaje al capitalismo), el camino que queda es la “superestructura”. Una economía capitalista inmersa en una cultura socialista, con un discurso contra el capital, antiimperialista que corre la inversión externa, antiempresario, de reparto, de gasto, dictadura del PIT-CNT, etcétera.
Para “avanzar en el socialismo” lo primero que se hizo fue, dentro del FA, imponer una “hegemonía cultural” en términos gramscianos, la “superestructura”.
Por tanto todo el que se oponga al socialismo en los hechos es un enemigo. Se vio en 2019, cuando la candidata a vicepresidente del FA afirmó que “la gente debía dirimir entre oligarquía y pueblo”, reflotando una consigna bolchevique sesentista.
Dicha señora pertenece al grupo del economista Mario Bergara, integrante de los sectores “seregnistas”. Sucede que dentro del FA todos razonan en términos marxistas, y muchos no saben que lo son. La hegemonía cultural se impuso.
Las últimas declaraciones del economista Bergara con respecto a los compatriotas que participaron de la epopeya de los Andes vuelven a demostrar que dentro del FA todos razonan en términos marxistas.
Si esos son los “sereginistas”, imagínese cómo serán los marxistas.
Rafael Rubio
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