Se cumple el 22 de marzo el primer aniversario del fallecimiento de Hugo Manini. Para mí, además un hermano, fue el hermano mayor que ocupó el lugar de nuestro padre, fallecido cuando yo tenía doce años.
Durante tantos años, Hugo constituyó un ejemplo en las distintas actividades que supo emprender. Podemos hablar de su participación en la política cuando era joven y cuando había que dar una lucha muy difícil contra un mundo que se polarizaba, que se agrietaba y en el que cada vez más el tono de la discusión política transitaba por caminos menos democráticos. Ahí se plantó firme como referente de un grupo de jóvenes que en su momento supo decirle no a quienes querían avasallar y llevarse por delante a las instituciones democráticas.
Luego, lo recordamos como un productor, arrocero, ganadero y sojero, actividades en las cuales supo también ser destacadísimo, marcar un camino que hasta el día de hoy lo siguen quienes están en esas actividades, que como vimos hace pocos días cuando en la inauguración de la cosecha de arroz se lo recordó emocionadamente por parte de los referentes del rubro.
Podemos hablar de sus profundos conocimientos de historia, que siempre nos dejaban sorprendidos, la claridad que tenía de los hechos del pasado, tanto en del mundo, como a nivel nacional. Era siempre una experiencia que nos deleitaba a todos escuchar sus exposiciones al respecto.
Y podemos hablar de sus últimos tiempos, cuando impulsó la figura de José Enrique Rodó organizando eventos al cumplirse los 150 años de su nacimiento o los cien de su muerte. En ambas oportunidades, la figura de Rodó, tan poco conocida por los uruguayos y especialmente por la juventud, adquirió un especial realce de la mano de una Sociedad Rodoniana que supo presidir Hugo con mucho brillo.
Por último, hablar claramente de este resurgimiento de La Mañana, una vieja aspiración de él que se demoró muchos años, pero que en definitiva dio luz a sus últimos años de vida, porque realmente creo que era de las cosas que más sentía en la vida: la necesidad de levantar nuevamente ese medio que marcó historia hace algunas décadas.
Quiero resaltar lo que significó para mí como guía, como ejemplo en estos pasos que damos en la política desde hace cinco años, en los que Hugo siempre tuvo conceptos claros de los cuales nunca se apeó, con concepciones bien claras, y fue totalmente coherente con sus ideas desde el primer momento. Creo que los distintos caminos que siguió a lo largo de su vida marcaron sobre todo coherencia. Nunca cedió por algo políticamente correcto a lo conveniente, sino que siempre dio la lucha por sus ideas. Por eso para nosotros se transformó en un factor de inspiración. Lo recordamos y somos conscientes de que el vacío que él dejó difícilmente será llenado algún día, pero su imagen, su recuerdo, su ejemplo permanecerán siempre en nosotros como un faro que guiará nuestro accionar.
TE PUEDE INTERESAR