Conocí a Hugo Manini Ríos en septiembre de 2010 cuando, junto a numerosos pensadores de nuestra América, participó en el “Primer Congreso Latinoamericano: Malvinas, Causa de la Patria Grande”.
Su aporte a ese encuentro fue el rescate de varios pensadores de la Unidad subcontinental, dos orientales: José Enrique Rodó y Alberto “Tucho” Methol Ferré, y un mexicano: José Vasconcelos. Su ponencia la tituló “Creamos muchos países pero falta fundar la Patria única”, citando una frase de José “Pepe” Mujica ante la Novena Cumbre Sindical del Cono Sur realizada en Montevideo en el año 2009.
A partir de ese momento establecimos un contacto regular, en donde pude apreciar dos aspectos esenciales de su pensamiento y acción, y que considero indispensables para cada una de las realidades políticas de nuestros países, y para la construcción real de la integración. El primero es la disposición al diálogo entre facciones políticas opuestas, centrándose en la defensa del Bien Común. El segundo, no perder jamás la visión estratégica de la Unidad de la Patria Grande, más allá de las coyunturas políticas y los intereses locales.
Volvimos a encontrarnos en otras dos ocasiones. En 2015, asistí junto a la Rectora de la Universidad Nacional de Lanús, Dra. Ana María Jaramillo y el pensador Marcelo Gullo, a la convocatoria efectuada por el entonces Jefe del Ejército Nacional del Uruguay, Gral. Guido Manini Ríos, al acto de izamiento del Pabellón de las Provincias Unidas (Bandera utilizada por el Protector de los Pueblos Libres, Don José Gervasio Artigas), en la Fortaleza Artigas, en el cerro de Montevideo. El discurso del militar uruguayo, hermano de Hugo, me causó sana envidia, rogando que alguna vez, de este lado del charco, volvamos a tener jefes militares con semejante visión de Patria Grande.
La otra ocasión fue en el año 2016, cuando el Grupo Artístico de Boedo, que integra mi hijo mayor, Facundo, se dispuso a pintar murales en distintos espacios públicos de la capital uruguaya. Lo llamé a Hugo, pidiendo el apoyo logístico del Ejército Nacional para el grupo de muralistas, quien tendió puente con su hermano. Así fue durante una larga semana de trabajo, recibiendo los artistas el alojamiento y racionamiento por parte de una unidad militar, trastocando con amplia tolerancia la férrea disciplina castrense. El resultado, festejado por ambos hermanos (Hugo y Guido), fueron diversos murales, en donde destacó el homenaje realizado al “Tucho” Methol Ferré, en una de las escalinatas del Parque Rodó, frente al edificio del MERCOSUR.
A partir de la recuperación del Semanario “La Mañana”, por parte de Hugo Manini Ríos y un sólido equipo periodístico, comencé a recibir las ediciones digitales, lo que hizo más frecuente nuestro diálogo. De su lectura, pude ratificar mi admiración hacia Hugo, tanto por su fina y precisa prosa periodística, como por los rasgos que describí al principio. Sus polémicas nunca fueron inspiradas por las “grietas” artificiales –tan frecuentes en las respectivas políticas domésticas, como infecundas–, sino por la defensa de los intereses generales. Sus defensas o ataques los hizo “a diestra y siniestra”, sin otra búsqueda que la verdad.
Guardaré como un tesoro y un testimonio invaluable, uno de los últimos artículos publicados bajo la firma de un tal “Soldado Cabral”, que se tituló “Malvinas frente a los cultores de la cizaña”, donde se dio espléndida respuesta a la visita realizada por tres legisladores uruguayos a las Islas Malvinas, por invitación de la diplomacia británica, maniobra que se calificó como una “provocación innecesaria hacia la Nación argentina”.
Por todo ello y mucho más que no caben en estas líneas, entiendo que hay que despedir con los mayores honores a una persona honesta, sabia y, como lo titulé, un hombre de la Patria Grande.
Dios lo guarde, y que las presentes y futuras generaciones se inspiren en el espejo de su fecunda existencia.
César González Trejo
Ex soldado combatiente en Malvinas. Director del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús.
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