A mediados de 2015, David Daleiden, un activista provida e investigador del Centro para el Progreso Médico de Estados Unidos, publicó una serie de 11 videos titulada Capital Humano. En los videos aparecían directivos de la organización abortista Planned Parenthood en restaurantes, cocktails y jornadas abiertas para empresarios abortistas, discutiendo tarifas de tejidos y órganos de fetos humanos. “Hemos sido muy hábiles para conseguir corazones, pulmones e hígados, porque sabemos cómo hacerlo. No perforamos esa parte. Rompemos abajo, rompemos arriba, e intentamos que todo salga intacto”, dijo en un video la directora de los servicios médicos. También se vio a los directivos de Planned Parenthood bromeando sobre el Lamborghini que pensaban comprarse con los beneficios obtenidos.
Kathleen Parker, periodista del Washington Post, señaló en un artículo publicado apenas se dieron a conocer los videos, que “la mayor ironía de este teatro de lo grotesco, es que los médicos de Planned Parenthood utilizan ecografías para garantizar que los órganos del bebé cuya muerte es inminente, no sufran daños”. Hasta ese momento, Planned Parenthood sostenía que el tejido fetal se donaba, y que nunca se vendía. Obviamente, mintieron.
Los vídeos de Daleiden dejaron al descubierto otras tres grandes mentiras de la industria del aborto: la primera, es que el feto no es una mera masa de células. Si lo fuera, sus órganos diferenciados no tendrían ningún valor en el “mercado”. Si lo tienen, es porque son órganos humanos. La segunda, es que no era necesario financiar con fondos públicos a Planned Parenthood para proteger la salud de las mujeres. Los fondos que se le quitaron a esta organización, se canalizaron hacia otros centros comunitarios de salud, menos visibles pero mucho más abundantes y solidarios que esa organización. Que a título de ejemplo, ni siquiera ofrecía un servicio de mamografía. La tercera, es que tras el escándalo, resultó patente la existencia de varias leyes sobre derechos fetales en los Estados Unidos. En consecuencia, los derechos de la madre, no son los únicos que están en juego al momento de abortar.
Harris es senadora por California desde 2017, defensora acérrima del aborto, de los derechos LGBT y contraria a la objeción de conciencia y la libertad religiosa.
Por otra parte, la barbarie de las prácticas confesadas en los videos, impactó mucho más de lo esperado. El Congreso de los Estados Unidos se vio obligado a iniciar una investigación sobre las actividades de Planned Parenthood. Como era de prever, esta organización se defendió y demandó a Daleiden y al CMP por la forma en que llevaron adelante su investigación. En noviembre de 2019, el juez William Orrick condenó a Daleiden a pagar 870.000 dólares a la organización abortista. En su sentencia afirmó que los vídeos causaron “un daño sustancial” a Planned Parenthood.
Cuando el escándalo estalló, la presidente de Planned Parenthood, Cecile Richards, decidió iniciar acciones legales contra Daleiden y su organización. A tales efectos se reunió con la entonces Fiscal General de California: una mujer poco conocida fuera de su estado. Su nombre es Kamala Harris. Hoy, esa mujer es la candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos de América por el Partido Demócrata.
Las acciones iniciadas por Harris, llevaron a que Daleiden se convirtiera en el primer ciudadano de la historia en ser procesado en California por hacer un reportaje con cámara oculta. Lo paradójico del caso es que Harris también estaba al frente de la Fiscalía, cuando en 2013, se desestimaron los cargos contra un grupo de defensores de los derechos de los animales, acusado de instalar cámaras ocultas para demostrar supuestos abusos en una granja avícola.
Defensora acérrima del aborto, de los derechos LGBT y contraria a la objeción de conciencia y la libertad religiosa, Harris ha recibido a lo largo de su carrera política, apoyo de numerosas entidades vinculadas a Planned Parenthood. Senadora por California desde 2017, la actual candidata demócrata fue una de las principales promotoras en el Senado del fallido intento de impeachment contra el actual Presidente Donald Trump.
Todo esto, sumado a la edad y a la aparente senilidad del candidato demócrata Joe Biden, llevan a pensar si Harris no podría convertirse en la primera mujer en ocupar la Presidencia de los Estados Unidos de América en un futuro próximo. Más allá de las hipótesis, lo cierto y lo concreto es que la próxima elección estadounidense, se parece mucho a una elección entre la vida y la muerte.
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