Desde que se desató el conflicto bélico en el este de Europa, Kazajistán un país centro asiático, epicentro de la llamada Eurasia, que limita con Rusia, con la República y en el Sur con Kirguistán, Uzbekistán y Turkmenistán, busca fortalecer los lazos económicos y políticos no solo con Occidente, sino también con varias instituciones internacionales.
No obstante, este movimiento geopolítico no significa que el gobierno kazajo tenga como objetivo dar la espalda por completo a Moscú, aunque podría intuirse que, tras dos años de conflicto bélico, la nación centroasiática parece buscar nuevas alianzas que estén por fuera del circuito la Unión Económica Euroasiática dominada por Rusia.
Sobre todo, el gran problema que enfrenta Kazajistán es el tema de las sanciones a Rusia que de manera secundaria afecta a las empresas kazajas. En ese sentido autoridades de la Unión Europea se han reunido en Astana, capital de Kazajistán, con el objetivo de encontrar una solución a estos problemas, que de alguna manera afectan la libre circulación de mercaderías.
En esa línea el presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev publicó el 14 de setiembre del 2023 en The Jerusalem Post, una carta titulada “Los líderes religiosos pueden contribuir a la paz mundial” que reproduciremos aquí:
Para construir un nuevo sistema de seguridad internacional, el mundo necesita un nuevo movimiento global por la paz. Creo que el papel de los líderes religiosos será indispensable en este sentido.
No es ningún secreto que el mundo está viendo un aumento de las tensiones internacionales y la erosión del orden mundial vigente desde la creación de las Naciones Unidas. Los bloques divisorios, que no se veían desde la Guerra Fría, están regresando rápidamente. Como consecuencia, nuestro planeta se enfrenta a graves amenazas, como una nueva carrera armamentística mundial, la amenaza del uso de armas nucleares y la proliferación de guerras en todos los formatos, incluidas las calientes, las híbridas, las cibernéticas y las comerciales.
En este clima de tensión y de crecientes turbulencias geopolíticas, es de vital importancia desarrollar nuevos enfoques para reforzar el diálogo y la confianza entre las civilizaciones.
La diplomacia es, sin duda, clave para facilitar la cooperación. Kazajstán siempre ha apoyado la resolución de disputas exclusivamente en la mesa de negociaciones, basándose en la Carta de las Naciones Unidas. Nuestro país ha promovido sistemáticamente principios encaminados a lograr una paz duradera, la seguridad y el progreso sostenible en todo el mundo.
A pesar de todos los esfuerzos, los conflictos siguen siendo omnipresentes en muchas regiones del mundo.
Para construir un nuevo sistema de seguridad internacional, el mundo necesita un nuevo movimiento global por la paz. Creo que el papel de los líderes religiosos será indispensable en este sentido. Aproximadamente el 85% de la población mundial se identifica con una religión, lo que la convierte en un factor significativo en nuestras vidas. Los líderes religiosos tienen, por tanto, una influencia significativa en los asuntos mundiales. Además, el valor sagrado de la vida humana, el apoyo mutuo y el rechazo de la rivalidad y la hostilidad destructivas son un conjunto de principios compartidos por todas las religiones. Por ello, estoy convencido de que estos principios pueden constituir la base de un nuevo sistema mundial.
¿Cómo pueden los líderes religiosos contribuir a impulsar la paz mundial? ¿Cómo puede funcionar esto en la práctica?
En primer lugar, los líderes religiosos pueden contribuir a curar las heridas del odio tras un conflicto duradero. Siria es un ejemplo de ello. Kazajstán acoge con satisfacción el hecho de que las hostilidades hayan prácticamente terminado en ese país. Nos alegramos de haber contribuido a ello a través de las conversaciones de paz del Proceso de Astana, que desde 2017 facilitó las negociaciones entre representantes del Gobierno sirio, la oposición, así como Turquía, Irán y Rusia.
Sin embargo, aunque la fase caliente del conflicto ha terminado, las divisiones dentro del país persisten. Los líderes espirituales pueden desempeñar un papel importante en la curación de la sociedad siria a través del poder de la religión.
En tercer lugar, las nuevas tecnologías están cambiando radicalmente todas las esferas de la vida humana. Estos cambios son en su mayoría a mejor, como la mejora de la asistencia sanitaria, la información ilimitada en línea y la facilidad de comunicación y de desplazamiento. Al mismo tiempo, observamos cómo las sociedades se están fragmentando y polarizando bajo la influencia de la tecnología digital.
En la nueva realidad digital, también es necesario cultivar valores espirituales y pautas morales. La religión también tiene un papel clave que desempeñar aquí, ya que todas las creencias se basan en ideales humanistas, en el reconocimiento del valor supremo de la vida humana y en la aspiración a la paz y la creación.
Estos principios fundamentales deben plasmarse no sólo en la esfera espiritual, sino también en el desarrollo socioeconómico de los países y en la política internacional.
Sin apoyarse en los ideales humanistas y en la ética, la rápida revolución científico-tecnológica puede llevar a la humanidad por mal camino. Ya estamos siendo testigos de este tipo de debates con la llegada de la inteligencia artificial general.
En última instancia, la autoridad moral y la palabra de los líderes espirituales son cruciales hoy en día.
Por eso me enorgullece que, desde hace 20 años, Kazajstán acoja el Congreso Trienal de Líderes Religiosos. Creado en 2003 como respuesta directa al aumento de los desacuerdos interreligiosos y del extremismo tras el atentado terrorista del 11 de septiembre en Estados Unidos, el Congreso ha reforzado el diálogo interreligioso reuniendo a líderes religiosos.
Ha permitido entablar un diálogo significativo sobre la manera de aunar esfuerzos para promover un mejor entendimiento entre representantes de diferentes culturas y comunidades religiosas.
Antes de ser presidente de Kazajstán en 2019, tuve el honor de dirigir la Secretaría del Congreso.
Observé cómo el Congreso promovía la tolerancia y el respeto mutuo en contraste con el odio y el extremismo.
El año pasado, nuestro país celebró el VII Congreso de Líderes Religiosos. Asistieron delegaciones de 50 países, incluidos representantes del islam, el cristianismo, el judaísmo, el sintoísmo, el budismo, el zoroastrismo, el hinduismo y otras religiones. Tuve el honor de dar la bienvenida al Papa Francisco, la segunda visita del jefe de la Iglesia católica a Kazajstán tras la visita del Papa Juan Pablo II en 2001.
Durante las dos últimas décadas, el Congreso se convirtió en una plataforma para el diálogo intercivilizacional a nivel mundial. Creo que contribuyó significativamente al éxito de Kazajstán a la hora de forjar una sociedad estable y armoniosa, una población compuesta por más de 100 grupos étnicos y 18 confesiones que hoy viven en paz en nuestro país.
A través de su compromiso con la tolerancia religiosa y los derechos humanos, Kazajstán es un ejemplo para el mundo, mostrando la importancia del diálogo interreligioso para crear una sociedad global más pacífica y armoniosa.
Mientras el mundo sigue sumido en la incertidumbre política, se necesita más que nunca un puente de acercamiento entre culturas y civilizaciones. Estoy decidido a garantizar que Kazajstán facilite el diálogo global entre religiones y naciones, también a través de la labor del Congreso de Líderes Religiosos, contribuyendo así al entendimiento y el respeto mutuos en las sociedades.
(*) Kassym-Jomart Tokayev
Presidente de Kazajstán. El artículo salió publicado en The Jerusalem Post (https://www.jpost.com/opinion/article-758941) el 14 de setiembre de 2023.
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