Setiembre es el mes en que todos los mandatarios se dan cita en Nueva York para presentar los problemas, proyectos y necesidades de sus países ante el órgano principal de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Asamblea General.
Pero este año debido al coronavirus, sus discursos fueron de manera virtual, siendo esta la primera sesión de esto tipo en la historia del organismo.
Además de la pandemia de COVID-19 y el enlentecimiento de la economía mundial, varios países abordaron las tensiones a nivel regional y mundial que se dan producto de un sistema internacional cada vez más multipolar. No obstante, el peso de Washington y Pekín se hace sentir no solo en la economía y la geopolítica, sino también en estos foros.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfocó su discurso en la lucha contra el COVID-19, sobre China, el medioambiente y los procesos de paz en Medio Oriente. Según el mandatario norteamericano, la ONU debería responsabilizar a China por sus acciones y criticó el rol de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien según él “es controlada virtualmente por China”.
Sobre medioambiente defendió el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de Paris, al que calificó de “unilateral” y destacó que la reducción de emisiones de carbono hecha por su país es más que la realizada por cualquier nación que integre el acuerdo. También volvió a criticar a China por el vertido de millones de toneladas de plástico y basura en océanos.
Trump afirmó también que “Estados Unidos siempre será un líder en derechos humanos”. “Mi administración está avanzando en libertad religiosa, oportunidades para las mujeres, la descriminalización de la homosexualidad, el combate al tráfico de personas y la protección de los niños sin nacer”, subrayó.
Por su parte el Presidente de China, Xi Jinping, tuvo un discurso más centrado en la pandemia propiamente y llamó a “poner primero a la gente y a la vida”. Además, destacó el rol que tuvo la OMS y llamó a lanzar una respuesta internacional para combatir la pandemia bajo el liderazgo de esta institución.
Xi desarrolló algunas ideas sobre su visión del sistema internacional. Afirmó que “el COVID-19 nos recuerda a todos que estamos viviendo en una aldea global interconectada con un interés común”. China ha asumido en buena medida la defensa de la globalización, la cual ha permitido convertir a su país en una potencia comercial de primer nivel, aunque hay que entender el contexto de “guerra comercial” que mantiene con Estados Unidos.
El presidente chino rechazó la idea de la construcción de bloques ideológicos y regionales además de “oponerse a un enfoque de suma cero” como así “no caer en la trampa del choque de civilizaciones”. “Enterrar la cabeza en la arena como un avestruz ante la globalización económica o tratar de combatirla con la lanza de Don Quijote va en contra de la corriente de la historia”, sostuvo el mandatario chino.
“No tenemos ninguna intención de librar una guerra fría o una guerra caliente con ningún país. Continuaremos reduciendo diferencias y resolviendo disputas con otros a través del diálogo y la negociación. No buscamos desarrollarnos solo a nosotros mismos ni participar en un juego de suma cero”, añadió Xi.
Frente a este choque dialéctico, surgió también la voz del papa Francisco. Afirmó que “esta crisis es una oportunidad para repensar nuestra forma de vida y los sistemas que están ampliando la desigualdad”.
El Sumo Pontífice, quien habló en nombre de la Ciudad del Vaticano, Estado Observador Permanente de la ONU, advirtió que se podría generar “mayor individualismo y elitismo”. “La solidaridad no debe ser una palabra vacía” fue la frase que usó para hacer énfasis en la manera de enfrentar esta nueva crisis sanitaria y económica.
Además criticó lo que llamó “cultura del descarte”, la que “es una falta de respeto por la dignidad humana”. En esa línea denunció la promoción del aborto como una respuesta humanitaria a la pandemia: “Es preocupante ver cuán simple y conveniente se ha vuelto para algunos negar la existencia de una vida humana como solución”.
También nuestro presidente, Luis Lacalle Pou, hizo su estreno en la Asamblea General y difundió un importante mensaje en defensa del multilateralismo.
El presidente destacó la lucha del país contra el coronavirus y su compromiso con el apoyo a la cooperación internacional para la búsqueda de soluciones a problemas compartidos. “Uruguay desea enfatizar una vez más que el camino a recorrer tanto para la salida de esta pandemia como para los próximos 75 años nos van a encontrar siempre del mismo lado: del multilateralismo”.
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