El 27 de diciembre del 2022, días antes del comienzo de la temporada estival en la que nuestro país cada año aguarda ansioso la llegada de miles de turistas argentinos que son el principal motor de nuestro turismo, se reglamentó por decreto presidencial una ley que afecta directa y exclusivamente a los transportistas argentinos.
Así, la ley número 20.078 del 21 de octubre de 2022 estableció que los pagos que se realicen por concepto de flete en el transporte de carga internacional terrestre, con origen o destino en la República Argentina, deberán ser abonados mediante transferencia obligatoria a través de entidades financieras o bancarias de dicho país.
Dicha norma que distorsionó completamente al sector transportista argentino que operaba en nuestro país, obviamente no ha sido bien recibida y el sector amenaza con tomar algunas medidas como forma de protesta. Entre las medidas que se plantea este grupo de camioneros autoconvocados está la posibilidad de cortar los puentes en los tres pasos fronterizos que unen a ambos países.
Los afectados expresaron que con este nuevo escenario no pueden cubrir los gastos de gasoil ni el sueldo de los choferes. Además, según afirman, los fletes hechos por empresas argentinas en lo que va de año han bajado entre un 90% y un 70%.
Sin embargo, el verdadero problema es el momento en que se están dando estos hechos: en plena sequía y en medio de una crisis agropecuaria. Este 2023 nuestra ganadería tiene un alto grado de vulnerabilidad, además de una total dependencia de las importaciones de granos y raciones de Argentina ya que, como todos sabemos, las cosechas nacionales han estado muy por debajo de lo esperado y actualmente el problema de la alimentación del ganado es muy complejo.
Pero tal como se viene repitiendo en otros asuntos, la insensatez de algunos dirigentes y tecnócratas de nuestro país, no solo repercute en nuestra política doméstica sino también en nuestro vecindario. Y así una norma, mal dirigida contra los camioneros argentinos, amenaza con cerrarnos la puerta de entrada de los imprescindibles granos para sobrevivir a la adversidad climática.
Esperemos que en nuestros gobernantes predomine el sentido común y podamos superar, tanto Uruguay como Argentina, las dificultades sin mayores problemas para ambas naciones.
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