Hace muchos años atrás vi y leí una frase que me impactó: “La aviación vanguardia de la patria” en unidades de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU). En ese momento no entendí el sentido, pero con los años entendí que la FAU era el motor de la aeronáutica militar y civil.
Hoy esto ya no se puede cumplir, por la situación de la industria, que no quiere morir. Hoy la industria se basa en lo que la FAU y la Armada Nacional tienen en los hub de Melilla, Carrasco y algún otro punto aeronáutico del país.
Durante muchos gobiernos se ha tratado de no invertir en la aviación militar para poderlas desarmar en el futuro y caminar lentamente hacia una guardia nacional, política pretendida por el Frente Amplio. La FAU y su personal adolecen hace tiempo de la falta de motivación, bajos sueldos y plataformas en desuso o en su vida útil o FOV que dificultan la operativa y el futuro ya está prácticamente marcado.
Si bien hay que aclarar que este gobierno ha implementado la compra de algunas plataformas, como los nuevos Hércules C130h, Súper Tucano, Brasilia, para la FAU. No alcanza para poder someramente cumplir con la misión y o Ley de Derribos de la LUC.
No hay proyectos de compra de interceptores o vectores a reacción (son muy caros) para sustituir los viejos A37, para cumplir con la Ley de Derribo. No se aprueban proyectos de inversión privada de UAV (que la CUIA trajo al país) por parte del gobierno, que eran el desarrollo de la industria.
Los talleres y Aeroclub de SUAA y SUMU se mantienen en un hub aeronáutico motivados, pero en estado difícil económicamente.
La aviación naval, dotada hace poco de nuevas plataformas, está bien, pero con problemas de motivación con el personal, lo que se repite en todas las FF AA del país, bajos salarios y difícil futuro.
La falta de ingenieros aeronáuticos desmotiva la profesión, pero los técnicos graduados de la ETA y UTU se destacan por su motivación y o poco futuro en la plaza de la aviación.
Desde la desaparición de Pluna en el 2012, con pérdidas de más de 300 millones de dólares, no se ha mejorado la situación de las aerolíneas de bandera salvo algunos proyectos erráticos.
La autoridad aeronáutica Dinacia aún mantiene una burocracia de lentitud en las gestiones, producto esto es que el personal técnico y administrativo se jubila y no se reponen las vacantes por el PE y está a punto de la inoperancia.
No nos olvidamos de que la privatización de los seis u ocho aeropuertos, que ha sido una gran medida aeronáutica, no tiene consecuencias aún positivas en el resurgimiento de los aviones en las plataformas.
Otro gran detalle es incumplimiento del Estado y de cuatro gobiernos para atrás de la Ley 9977/40 y el decreto 196/17 y la Ley 20.212 art. 122, de exoneraciones aeronáuticas de importación.
Por lo tanto, esto es un combo que está a punto de explotar en los próximos años, parece inevitable la desaparición de una industria, que en otros países se cuida su desarrollo y motivación. Alcanza solo con ver a los vecinos del barrio.
Estamos destinados a una desaparición gracias a falta de políticas estratégicas y de idiosincrasias de políticas de nula visión de futuro. Y le seguimos dando vida a los que vuelan violando nuestro FIR, ejemplos misiones de narcotráfico.
Fundo mi derecho en el artículo 7,29 de la Constitución de la República.
Cnel. Met. R. Diego Ravera G.
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