Luego del referéndum, nos ha parecido de interés analizar el comportamiento anunciado hacia el futuro por los partidos políticos intervinientes, tanto del lado de la coalición republicana triunfante, como de la coalición frenteamplista, que fue en esta instancia perdedora.
Si bien el país es uno sólo, el frente político se encuentra dividido en dos fuerzas opositoras, conformadas ambas por varios partidos y corrientes de opinión, que en el caso de la oposición también suma la casi totalidad de los sindicatos.
Las declaraciones ofrecidas por las principales figuras políticas, en forma inmediata al escrutinio, permiten avizorar el rumbo que tomarán.
En primer lugar, el Presidente de la República salió, muy sereno y sin euforia ni tonos desafiantes, a expresar su satisfacción por el resultado de las urnas, y decidido, al ver ratificado su vital instrumento jurídico y atenuadas las exigencias de la pandemia, a recomenzar la labor de gobierno propiamente dicha, es decir, la ejecución del programa político cuyo cumplimiento prometió a la ciudadanía.
En segundo lugar el Frente Amplio (FA), cuya imagen resultó asumida por la dirigencia sindical, se expresó en la palabra de Fernando Pereira, que en un principio estuvo renuente a aceptar la derrota y en una inadmisible bravata salió a decir que con un poco más de tiempo ganaban, y que hubo ventajas para los defensores del NO, que “se pasaron de la línea”. Se ve que no pasó por la Universidad ni por la Facultad de Arquitectura. Luego, más aplacado, sostuvo que ante los desafíos que se avecinan nadie puede llevarse por delante a la mitad del país.
Obviamente que era de esperar que los militantes seudo historiadores y politólogos frentistas, disfrazaran su derrota, anunciaran el fracaso de la coalición republicana y salieran tan vanidosos como equivocados a incentivar la grieta, al proclamar la pérdida de apoyo del oficialismo y por el contrario, la vigorosa reacción del FA.
Nadie puede, de cara al futuro, profundizar la grieta existente ni alentar la existencia de dos fuerzas políticas encontradas, una viviendo con la arrogancia de la victoria y la otra persiguiendo el aniquilamiento del adversario.
Por eso, las declaraciones del Senador Manini se empinan por encima de las opciones combativas y convocan a pensar el futuro “no en clave de partido, sino en clave de país”.
Esta posición, expuesta por el Senador Manini debe destacarse por la madurez política y la sensatez de criterio.
“Es hora de dar espacio a todos los protagonistas en los grandes temas nacionales”
Es precisamente el líder de Cabildo Abierto, el partido considerado como el más díscolo de la Coalición y el senador Manini , líder más atacado por todos lados sin pausa y con prisa, quien después de una victoria en la que contribuyó en forma decisiva, llama a la moderación y la prudencia.
Con total claridad y firmeza, como acostumbra, hizo las declaraciones más constructivas y adecuadas, para crear consensos, buscar acuerdos y puntos de encuentro para abordar los grandes problemas que exigen una atención inmediata, al expresar: “Es hora de dar espacio a todos los protagonistas en los grandes temas nacionales”.
Esto no habrá de significar perder la identidad o desdibujar el perfil doctrinario de Cabildo Abierto, sino asumir con responsabilidad la función de gobierno para atender, desde una zona de coincidencias, los reclamos que la sociedad toda está exigiendo imperiosamente al frente político.
Tampoco la voluntad de acordar significa la aceptación de vicios y de acomodos, ni de olvidar corruptelas que están en manos de la justicia.
Pero es acertado ampliar la base política de las reformas destinadas a perdurar, como la seguridad social, la ley de medios, la modificación del aberrante Código del Proceso Penal y la erradicación de todos los asentamientos.
Y no será posible ese diálogo, sin que la oposición contribuya mirando el interés del país y no del partido, como lo exige una verdadera política de Estado. Si no existe esa disposición, será difícil por no decir imposible aprobar las leyes que el país necesita, la gente reclama y el sistema político tiene la responsabilidad de cumplir.
Aparte de esas lúcidas razones, el Senador Manini no ha dudado en manifestar que sus iniciativas y proyectos de ley sobre temas de indudable interés nacional que ningún otro sector ha manifestado su voluntad de concretar, no hayan sido acompañadas por el resto de los partidos de la Coalición Republicana y a pesar de lo cual, su real compromiso con los votantes lo obliga a insistir en cumplimiento de su palabra. Hoy la mayoría legislativa que tiene la Coalición Republicana le permite legislar las nuevas propuestas, corregir lo que es imperfecto y derogar lo mucho que hay de erróneo, que es lo prometido en el programa de gobierno que el pueblo eligió.
El “Compromiso por el país” suscrito por los partidos integrantes de la Coalición, no es un slogan vacío, era una propuesta concreta y hoy es un mandato impostergable.
Como tal, deberá cumplirse en los tres años que quedan de gobierno, so pena que una ciudadanía que se sienta defraudada decida darle la espalda.
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