La reforma de pensiones o de la seguridad social ha pasado a ser un tema actual que parece estar en varias partes a la vez, no solo replicándose en Uruguay, sino también en España y Francia. Sin embargo, las reacciones de la clase política y de la población en general parecen ser distintas según el caso de cada país.
En el caso de Francia, la reforma de las pensiones impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron que entre otras modificaciones introduce el aumento de la edad jubilatoria de 62 a 65 años y exige más años cotizados para poder cobrar la pensión íntegra –antes se exigían 41 años y ahora se exigirán 43 años– ha recibido una enorme ola de rechazo popular que se ha visibilizado a través de protestas multitudinarias y huelgas que no sólo han paralizado al país, sino que han dejado las calles de París llenas de basura durante días.
Una de las razones de este rechazo ha sido el modo en que se introdujo la ley. El 16 de marzo, tras constatar el gobierno que carecía de los votos suficientes para adoptar la reforma en la Asamblea Nacional, el presidente Macron activó el artículo 49.3 de la Constitución francesa que establece que se adopta una ley –si no se censura al gobierno– por una mayoría de diputados. La oposición respondió con dos mociones de censura, pero perdió en ambas votaciones; y más tarde presentó una serie de recursos ante el Constitucional que también examina una petición para organizar un referéndum nacional que limitaría la edad de jubilación a los 62 años. Para implementar esta vía es necesario recoger 4,87 millones de firmas en un plazo de nueve meses.
Actualmente, muchos servicios permanecen cortados y hay escasez de combustibles en muchos puntos del país, provocado por las huelgas en ciertas refinerías como, L’Orcher (Seine-Maritime) y Donges (Loire-Atlantique) y la refinería Esso-ExxonMobil en Port-Jérôme-Gravenchon (Seine-Maritime). El departamento más afectado hasta el momento es Indre-et-Loire con el 45,26% de las estaciones con escasez de al menos uno de los combustibles. Y en la Ile-de-France la situación sigue siendo complicada, por lo que no se sabe hasta qué punto persistirá la pulseada entre los sindicatos y el gobierno.
Esta estrategia del presidente francés, que ha sido tildada de arrogante, ha desencadenado una reacción similar a la que sufrió Jacques Chirac en 1995 cuando debió dar marcha atrás a una reforma en las pensiones debido a una huelga histórica que atascó la actividad del país durante casi un mes.
Pero, en definitiva, más allá de que la reforma haya seguido su curso, ya que ni las huelgas ni las protestas desatadas con violencia han surtido efecto hasta el momento, el costo electoral podría ser enorme. Un estudio reciente del instituto Ifop sitúa al Reagrupamiento Nacional, el partido de Marine Le Pen, como el más beneficiado por la crisis. Si las elecciones legislativas se celebrasen ahora, el RN sería la formación más votada en la primera vuelta junto a la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), la coalición de izquierdas liderada por el partido de Jean-Luc Mélenchon.
Es sabido que tanto Le Pen como Mélenchon son profundamente euroescépticos y el contexto actual favorece un aumento de su popularidad. Pero esta situación ha provocado un temblor en Bruselas que depende del equilibrio de poder dentro de la UE para poder seguir adelante con su agenda. No hay que olvidar que Francia tiene la segunda delegación más grande de representantes en el Parlamento Europeo después de la de Alemania.
En ese contexto, el 22 de marzo el presidente Macron salió a defender la reforma y declaró en la televisión local: “No hay cien soluciones si queremos que el sistema de pensiones esté equilibrado, ya no lo está y cuanto más esperemos, más empeorará. (…) Y le digo esto a los franceses, no disfruto hacer esto, hubiera preferido no hacerlo, pero también es por un sentido de responsabilidad que expresé mi compromiso de hacer esto frente a ustedes”, remarcó el mandatario. Y agregó: “No estoy deseando ser reelegido, no puedo serlo, como dice la Constitución, pero, entre las elecciones coyunturales y el interés general del país, elijo el interés general. Y si al final tengo que soportar la impopularidad hoy, lo soportaré”.
Según algunas fuentes, la urgencia para implementar la reforma viene precedida por la prioridad del gobierno francés de reducir el peso del gasto de las pensiones en la economía nacional, en un momento en que el gasto militar se va a disparar. De hecho, Francia anunció ayer que en los próximos siete años dedicará 413 000 millones de euros a Defensa, con un presupuesto anual que se duplica. Los objetivos que se plantea la administración de Macron en este sentido serían: la disuasión nuclear que incluiría la construcción de un portaaviones de propulsión nuclear de nueva generación, y la inversión en medios de ciberdefensa, defensa espacial y submarina. Al respecto, el ministro francés de Defensa, Sebastien Lecornu, declaró: “Es la agresión rusa en Ucrania la que provoca una necesidad de seguridad en la mayoría de los socios de la Europa continental”.
Tal es así que la periodista Françoise Fressoz, en una columna publicada en Le Monde el 24 de enero de 2023, sienta las bases de esta hipótesis, realizando un análisis de las razones que han llevado a Macron a perseverar en su reforma de las pensiones, a pesar de que el equilibrio del sistema no está realmente amenazado. Escribe Françoise Fressoz: “El aumento de la edad de jubilación (…) no sólo pretende equilibrar el régimen de pensiones de reparto intentando liberar 12 mil millones de euros de aquí a 2030. Debe permitir un aumento sostenible del volumen de trabajo en Francia, en un momento en que el país y sus aliados europeos se enfrentan al regreso de la guerra a sus puertas y al enfrentamiento sino-estadounidense” (El Gran Continent, “Ecología y geopolítica de la reforma de las pensiones en Francia”).
Este planteo, en definitiva, sostiene algo que hemos señalado en otras oportunidades: el peso de los objetivos del Partido Popular Europeo no solo en el Parlamento de la UE, sino dentro de los gobiernos nacionales. De ese modo, la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia han perfilado claramente el gobierno de Macron que parece estar preparando a Francia para convertirla otra vez en una nación líder dentro del concierto global, más allá de los costos políticos y sociales que pudiera tener.
De hecho, a pesar de la crisis y de la tensión que se vive en el país, el presidente Emmanuel Macron, acompañado de Úrsula von der Layen, realiza en el día de hoy una visita protocolar a China para buscar un espacio de diálogo con su homólogo, Xi Jinping, sobre la guerra en Ucrania.
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