Quizás el argumento más importante de Minsky es que la estructura de la economía afecta a los resultados económicos, incluido el nivel y la naturaleza del empleo, el crecimiento y la inflación. Insistía en que las instituciones del mundo real afectan la forma en que las políticas impactan sobre la economía. Para ser eficaz, un cambio de política debe actuar a través de los individuos (cambiando su comportamiento) y a través de las instituciones (que pueden limitar a los individuos y grupos, o pueden potenciarlos). No existen políticas de “tamaño único”. En cambio, éstas deben diseñarse en función de la estructura y las instituciones existentes en el momento en que las mismas se ponen en marcha. Por lo tanto, la política debe adaptarse a medida que la estructura y las instituciones van cambiando. Además, en una economía dinámica y compleja, los impactos del crecimiento y las políticas son diferenciales según los sectores. Siempre hay sectores líderes, sectores que simplemente acompañan la expansión y sectores rezagados. Esto altera los diversos “compromisos “: compromiso entre eficiencia y equidad; compromiso entre inflación y desempleo, según la curva de Phillips. El crecimiento económico puede aumentar la demanda y la producción de los sectores principales, induciendo un aumento en los precios que se traduce en una mayor inflación, incluso en presencia de un desempleo considerable en toda la economía. A la inversa, el empleo puede aumentar sin que suban los precios, si este se expande en los sectores rezagados que operan por debajo de su capacidad. De esta manera, un mayor crecimiento por sí solo no es un objetivo adecuado de política económica. Los factores financieros importan, afectando a los procesos de mercado, así como a la eficacia de las políticas. Cada menú de políticas implica una combinación de deuda privada y deuda pública, que a su vez afecta al comportamiento de los agentes privados. Una estrategia de crecimiento impulsada por la inversión implica un crecimiento de la deuda privada en relación con la deuda pública, lo que afecta a la estructura financiera de la economía de una forma que podría generar inestabilidad.
El crecimiento tiende a favorecer a los que ya se encontraban mejor desde el inicio
En varios artículos, Minsky demostró que el crecimiento no reduce necesariamente la pobreza. En efecto, durante el período 1948-66, la dispersión salarial en Estados Unidos aumentó a pesar del crecimiento relativamente rápido del PBI. En cierta medida, esto se debió a las diferentes tasas de crecimiento entre sectores y regiones. Como argumentaba Minsky, siempre hay industrias y regiones rezagadas, ya que el crecimiento nunca se reparte por igual. Por el contrario, el crecimiento tiende a favorecer a aquellos sectores o regiones líderes, premiando a los que ya se encontraban en mejor situación en el punto de partida. Argumentó que no hay mucho que se filtre hacia abajo (anticipando por varios años los resultados del “reaganomics”). Además, el crecimiento no es necesariamente sostenible, por lo que aún si los resultados fueran ampliamente distribuidos, con el tiempo se van creando las condiciones para la inestabilidad. Eventualmente, los responsables de política económica empiezan a temer por las presiones inflacionarias y ponen freno discrecionalmente a la economía. Pero incluso si las políticas no intervinieran de esta manera, el propio peso de la creciente inestabilidad financiera acabaría por cambiar el comportamiento de una manera tal que haría que el auge se detuviera. Durante la consiguiente recesión, la desigualdad volvería a aumentar.
La fórmula de Minsky para reducir la pobreza
Para Minsky la pobreza solo puede resolverse mediante una combinación de políticas que apunten a eliminar a los rentistas, estableciendo un modesto sesgo impositivo a favor de los pobres y manteniendo el pleno empleo. Minsky estaba convencido de que cualquier programa de lucha contra la pobreza tendría que basarse en el empleo, no hacia las transferencias y el bienestar. En términos más generales, Minsky sostenía que las políticas debían fomentar un aumento de salarios más rápido en los segmentos de menores salarios, en relación con el segmento de los trabajos mejor pagos. Esto significa que en el segmento bajo, el crecimiento de los salarios superaría el aumento de la productividad, mientras que en el segmento alto se daría a la inversa. De este modo, los precios tenderán en los sectores más intensivos en mano de obra poco calificada. Para evitar un aumento en el nivel general de precios de la economía, se requeriría según Minsky algún tipo de restricción sobre los precios y los salarios en los sectores de salarios altos.
Cualquiera que esté dispuesto a trabajar debería tener un empleo asegurado
El gasto público debería dirigirse directamente a los desempleados, en lugar de a los sectores “líderes”, con la expectativa de que un mercado laboral más ajustado permita beneficiar a los sectores rezagados, así como a los hogares más pobres. Por esta razón, Minsky abogó por un programa de empleo de emergencia que tomara a los trabajadores tal y como son, y que proporcione puestos de trabajo que se ajusten a sus habilidades actuales. Argumentó además que solo el Estado puede ofrecer una demanda de trabajo infinitamente elástica que asegure que cualquiera que esté dispuesto a trabajar por el salario vigente pueda conseguir un empleo. Hizo notar también que, en ausencia de pleno empleo, el verdadero salario mínimo es cero. Por el contrario, con un programa de empleo estatal de última instancia (ELR, por su sigla en inglés), el salario del programa en los hechos se convierte en el salario mínimo de la economía.
Extraído de “Minsky’s Approach to Employment Policy and Poverty: Employer of Last Resort and the War on Poverty” (El enfoque de Minsky sobre la política de empleo y la pobreza: el empleador de última instancia y la guerra contra la pobreza), Randall Wray, Levy Economics Institute (2007)
Hyman Minsky en frases
“Una economía capitalista no puede mantenerse oscilando entre las amenazas de un inminente colapso de los valores de los activos y el empleo, y las amenazas de una aceleración de la inflación y la especulación desenfrenada, especialmente si cada tanto estas amenazas se hacen realidad”
“La estabilidad conduce a la inestabilidad. Cuanto más estables sean las cosas y cuanto más tiempo lo sean, más inestables serán cuando llegue la crisis”
“El éxito engendra un olvido de la posibilidad de fracasar”
TE PUEDE INTERESAR: