¿Cómo surgió tu vocación?
Desde muy chico me sentí atraído por los informativos y los relatos de fútbol porque la radio era el medio y siempre estaba encendida en casa. A los 10-12 años escribía noticias y las leía como si estuviera en un noticiero y relataba partidos imaginarios, imitando a Solé o Heber Pintos, pero con nombres reales a finales de los 60, que jugaban Spencer, Rocha, Goncálvez, Manga, Ancheta, Mujica, Montero Castillo, Artimes, etc.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en este camino?
Pasé rápidamente de la ficción a la realidad porque a los 15 años estaba escribiendo en el diario Punta del Este y a los 17 en las transmisiones de fútbol e informativos de radio Maldonado. Unos años después debuté nada menos que con Ruben Castillo y Ligia Armitrán en “Discodromo en Punta” que salía desde Punta del Este en dúplex por Maldonado y Sarandí. Al año siguiente era movilero del programa en la zona y en Montevideo en la misma función estaba Diego Fischer. Ahí también salía en los infos de Sarandí desde acá. Era estar en las grandes ligas. Todos unos monstruos de la comunicación. Allí conocí a Jorge Mullins y también Villegas, grandes figuras.
¿Un consejo o sugerencia para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que tú?
Estudiar, prepararse, ser responsable y seguir los consejos de los mayores que tienen experiencia en esta profesión. Yo soy un autodidacta, pero aprendí en las radios y en las redacciones con grandes maestros del periodismo nacional. No te dejaban pasar uno. Trataba de asimilar cada enseñanza u observación. No hay que molestarse cuando te rompen una nota y la volvés a escribir. Ahí es cuando se aprende, de los errores. Hoy algunos parecen saberlo todo. Tienen mucha teoría y poco “boliche”. En esta profesión todos los días se está aprendiendo algo.
¿Qué te inspira?
Esa pasión por informar, por contar lo que pasa a la gente; por mantenerla informada, pero también narrarle historias de gente común que sean valiosas.
¿Cuáles son los desafíos que has tenido que sortear?
Muchas limitaciones. Por un lado, lo económico porque vengo de una familia modesta, aunque nunca nos faltó nada. Mis padres eran empleados municipales. Desde chico trabajé. Vendí diarios, helados en la playa, pero yo siempre quise vivir del periodismo. E incluso estando en canal 11, corresponsal de Telenoche 4, de radio Montecarlo y en El País, seguí hasta el 2000 con el reparto. Durante años dormí cuatro horas. El reparto de pan era de 5 a 9-10 de la mañana, pero dejaba buenos dividendos. Y después hay otros desafíos que uno los enfrenta cada día…
¿Tu lugar en el mundo?
Siempre ha sido Maldonado todo, pero Punta del Este fuera de temporada. El mar, la playa, la soledad del lugar, es atrapante y reparador. También en los últimos años he descubierto un lugar que me encanta en España, que voy todos los años porque tengo familia y trato de pasar de uno a tres meses allí. Es la playa de Sancti Petri, con un pueblito hermoso llamado Chiclana de la Frontera, en la provincia de Cádiz.
¿Un referente en tu vida o alguien que confió en ti?
Hay uno que se destaca plenamente. Es Wilson Marrero que fue administrador del diario Punta del Este y estuvo y está a pesar de su edad en otras publicaciones, ahora vinculadas al turismo. Creyó en mí. Siempre me apoyó en mi vocación y me permitió comenzar a escribir en dicho diario allá por los 70 y pico. Además, es de esas personas que siempre está, aunque pase tiempo sin verlo, aparece. A Jorge Mullins, por su apoyo más cuando yo estaba en la televisión y él ya retirado en Punta del Este. Amenas tertulias y grandes consejos de un hombre con una visión y una sapiencia extraordinaria que marcó caminos y estilos radiales. Me aportó muy ricos conocimientos sobre los medios. Hubo otros también que me ayudaron y me aconsejaron en su momento, Villegas, don Washington Beltrán y un gran amigo Omar Gutiérrez, porque nos conocimos en canal 4 y cuando iba a Maldonado me pedía para conducir su programa con él que también salía en el 11. En los últimos años de su vida ese afecto creció muchísimos por distintas situaciones personales y siempre estaba su llamada para largas conversaciones.
¿Una asignatura pendiente o un proyecto a realizar?
En lo profesional estoy satisfecho plenamente. Trabajé para los medios más importantes del país con grandes periodistas, grandes maestros. También en agencias de noticias y algún medio para el exterior. En este sentido no tengo asignatura pendiente. ¿Proyectos? seguir trabajando unos años más en lo que me gusta, que es la radio, y escribiendo, teniendo salud que es lo primordial. Lo de más va y viene.
¿Qué es la felicidad para ti?
Son momentos en la vida. Ver felices a mis hijas, tengo tres y una nieta. Disfrutarlas, porque estoy en deuda porque tengo poco tiempo.
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