¿Tu pasión?
Siempre fue el arte, amo el callejero, me parece súper creativo, y el motociclismo, pasión de siempre, además de querer aprender todo lo que pueda, de lo que me interesa.
¿Tu primer trabajo?
Fue a los 18 años en un estudio de dibujos animados en San Telmo, Buenos Aires.
Me formé y aprendí más sobre dibujar y dar vida a los personajes, tuve un maestro increíble, súper generoso.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que vos.
Seguir tu pasión, ser íntegro y seguir aprendiendo, no bajar los brazos y darse tiempo para encontrar el camino, en esto la ansiedad es la principal enemiga. Cada uno tiene que buscar su camino, por suerte, en la vida nos vamos a cruzar algunos maestros, que nos van a obligar a devolver el conocimiento adquirido a alguien más.
¿Cómo surge tu inspiración?
Desde la observación y el ánimo de ese momento, la euforia tiene mejores colores, tardo más en pensar qué quiero hacer que el tiempo que me lleva.
¿Contra qué defecto luchas?
Pienso que nunca termino mis obras, algo más tendría que hacerles, y eso me da mucha exigencia.
¿Tu lugar en el mundo?
Donde sienta amor.
¿Un referente en tu vida?
Todos los artistas que confiaron en sí mismos, sobre todo el maestro Caro, eximio dibujante, que cuando vio mi cuaderno, me miró y me dijo todo “esto es muy lindo, pero le falta vida”, yo tenía 19 años y había vuelto de la guerra de Malvinas, el me enseñó a recuperar mi pasión y a cambiar la perspectiva de ese momento, ¡un crack!
¿Una asignatura pendiente?
Por suerte, tengo que pensar para darme cuenta, pero sería tocar la trompeta.
¿Un valor fundamental?
La integridad.
¿Qué es la felicidad para vos?
Un mate a la mañana, el saludo de los perros, el abrazo de mis hijos, pintar, crear y ser parte de la vida de Solita, el amor de mi vida.
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