¿Cómo surgió tu vocación?
Mi vocación surgió porque mi mamá tenía el conservatorio de piano en Cerro Largo, en Río Branco, y desde los cuatro años veía a los alumnos tocar el piano y yo empecé también. Nací en la cuna de la música y fue algo muy natural, nadie me inculcó ni me obligó. Mamá me tenía que apartar del piano. Cuando llegaba de la escuela, almorzaba y me iba a tocar el piano. Con cuatro o cinco años tocaba hasta cuatro o cinco horas por día.
¿Tus primeros pasos en este camino?
Entre los cuatro y los 15 años, que son los más importantes en la educación musical de un niño, tuve clases de mi madre en Río Branco y a los 15 me recibí de profesora y empecé a dar clases yo. Entonces, desde allí mi mamá vio que mi talento era un poco superior a la de sus alumnos, y siempre me decía que tenía que impulsarme yo misma para poder irme del país. Después me fui a Melo, pero siempre arrastrando el piano conmigo, buscando algún rincón donde hubiese un piano para poder practicar y tocar. Nunca dejé mi piano y nunca cambié mi profesión. El día que no toco un poquito ya estoy pensando que me siento un poco rara, un poco mal, es como mi alimento. Es una vocación natural que no se me inculcó, que yo tuve las circunstancias y oportunidades para llegar a lo que tengo hoy.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que tú.
Que no solo pruebe el piano sino varios instrumentos. Tiene que salirte del alma, cualquier instrumento te puede inspirar a mucho y a un muy alto nivel en el futuro. En el momento en que veas que un instrumento te gusta y te gusta tocarlo, no lo dejes, porque te acompañará toda la vida. Mi hijo también toca el piano desde los tres años y hasta el día de hoy yo le digo que, aunque sea por hobby, que siga tocando. No todos van a llegar a ser concertistas o profesores, podes tener al instrumento como parte de tu vida para incentivarte, para decir que la música es excepcional y te sentás en algún lado y tocas. No hay que pretender ser un concertista o un profesor para ser un músico.
¿Cuáles son los desafíos que has tenido que sortear?
El desafío mayor en mi carrera fue cuando fui aceptada al posgrado en el Sweelnick Conservatorium en Ámsterdam. Pensé que iba a ser un curso más, un curso sencillo como los que había hecho anteriormente en Estados Unidos, Italia, Brasil, pero al entrar a este posgrado, el día que fui a la primera clase el maestro me dice “para la semana que viene tenés que traerme esta sonata de Mozart, todo el movimiento primero de memoria”. Pensé que me estaba cachando y le dije: “no, no, no puede ser”; y él me dijo: “Acá estás haciendo un posgrado, tenés que hacer lo que decimos y pasar el primer año, y hasta que no lo hagas y no pases al menos con 7 no vas a tener tu diploma”. En ese momento, con ese comentario, vi que esto era un desafío. Entonces, en lugar de estudiar 3 o 4 horas al día, pasé a estudiar 10, 11 y 12 horas. Y saqué el posgrado con 10.
¿Tu lugar en el mundo?
En este momento me considero como una embajadora musical porque a mí me gusta llevar nuestra cultura al exterior, y a cada país que he ido he mostrado nuestra cultura, nuestros compositores y eso gusta muchísimo.
¿Un referente en tu vida o alguien que confió en ti?
Tuve varios maestros que me apoyaron en el mundo, justamente el del posgrado cuando terminé me hizo una carta de recomendación. Él es un pianista muy famoso, se llama Ronald Brautigam, y su carta me abrió las puertas en muchísimas partes, especialmente en productores, que para hacer un disco necesitas recomendación. Fue el mayor apoyo que tuve al inicio de mi carrera.
Después, primero que todo en realidad, mi mamá que vio desde el principio que mi talento era único. Ella me decía, “vos te tenes que ir, vamos a ver cómo lo hacemos”. Y al final lo logramos. Ella siempre me incentivó a hacerlo y lo logramos.
¿Un proyecto a realizar?
Hacer más conciertos, seguir con la carrera porque al no tener más alumnos, ya que cerré la escuela del piano, voy a tener más tiempo para hacer más programas y hacer también un nuevo disco. Tengo cuatro; todavía no sé de qué tipo de música sería el nuevo disco.
¿El valor fundamental para desarrollar la actividad?
El valor fundamental con mi publico es el compromiso de hacer feliz a la gente con la que yo toco, pero al mismo tiempo, sentirme yo contenta con el repertorio. Estar siempre buscando nuevas obras, nuevos compositores y tocar en sitios diferentes, ya sea para 10 personas, 100 o 1000. Ser genuina y tocar siempre al máximo nivel que pueda en ese momento, darme por entera.
¿Qué es la felicidad para ti?
Pienso que depende de la etapa de la vida. Cuando sos joven pensás que la felicidad es ir a la discoteca, salir, disfrutar con los amigos. Después vas madurando y dependiendo de lo que has hecho y lo que vas pensando, vas eligiendo y siendo más o menos feliz. Hoy por hoy la felicidad para mí es tener paz conmigo misma y estar feliz con lo que yo decido hacer. Ser feliz no es una grandeza, está en las cosas simples. Levantarte y pensar qué lindo es estar vivo, tocar el piano o ir a caminar. Lo material no te hace feliz; podes tenerlo todo, tener un castillo, pero si dentro de ti no hay esa luz, entonces no vas a ser feliz.
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