¿Tu pasión?
Mi pasión es entregar mi vocación de catequista a Cristo y a las personas que quieran encontrarse con él y conocerlo.
¿Tu primer trabajo?
En un colegio católico a los 18 años, siendo catequista de niños.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que tú.
Le sugeriría que viva con alegría, entusiasmo y resiliencia la fe que transmite.
¿Cómo surge tu inspiración?
Desde adolescente, dentro de la comunidad Santa María de la Ayuda. Viví momentos inolvidables con el grupo de jóvenes y mis catequistas.
¿Contra qué defecto luchas?
En el mundo actual y las multitareas que desempeño, la ansiedad es mi lucha diaria.
¿Tu lugar en el mundo?
Disfruto de la paz que me brinda el campo, por eso en la zona rural del departamento de Florida llamada “La Macana” es mi lugar predilecto.
¿Un referente en tu vida?
Sin dudas, Jesucristo.
¿Una asignatura pendiente?
Son varias, pero entre ellas, destaco dedicarme al estudio de la Teología.
¿Un valor fundamental?
La autenticidad, que mi fe y testimonio de vida vayan de la mano.
¿Qué es la felicidad para vos?
Veo reflejada la felicidad en el amor que me brindan mi familia, mis amigos y mi comunidad parroquial. Junto con mi esposo, Juan Carlos, compartimos tareas dentro de la Olla Samaritana, que nos hace sentir útiles para los que nos necesiten. Personalmente, me siento inmensamente alegre cuando ayudo a un niño o adulto en su proceso de fe en el abrazo del mismo con Cristo en la Iglesia.
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