En días pasados El Observador comentó cómo el Poder Ejecutivo frenó un proyecto de ley presentado por el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Dr. Radío, en enero pasado. En él se propone seguir desregulando/liberando el consumo de cannabis.
La nota expresa que Radío busca eliminar el registro de consumidores de cannabis.
El espíritu de la ley establecía, reconociendo la posibilidad real, científicamente comprobada, de generar distintos tipos de daño a la salud, física y mental del consumidor, que es obligación del Estado seguir de cerca esas posibles consecuencias. Bajo dos principios básicos y constitucionales: es tarea del Estado velar y contribuir a la salud integral de sus ciudadanos y defender con una buena administración los impuestos recaudados.
Entre todos, fumadores y no fumadores, debemos luego pagar los tratamientos médicos, frutos del daño causado por el consumo. Deberíamos tener el derecho de velar porque ese daño no llegue a ocurrir, o sea que no debamos todos disponer de recursos económicos, siempre escasos, para solventar el “derecho” de algunos “hacer con mi cuerpo lo que quiera”. Sin poder identificar quiénes consumen es imposible seguir de cerca los posibles daños que puedan generar por el consumo.
Por definición, la propuesta de Radío, contradice totalmente el espíritu del legislador.
En el mismo proyecto pretende autorizar la duplicación del número de socios de los clubes cannábicos. Cabe a esta altura preguntarse. Si por la Ley 19.172 la actividad de la asociación civil “club cannábico”, plantación, recolección, producción y distribución puede hacerse solamente, en el local establecido para su funcionamiento, y por definición una asociación civil no tiene fines de lucro, ¿qué sentido tiene duplicar el número de asociados? Es justo pensar que existe un lucro, un beneficio económico para alguien al duplicarse la cantidad de asociados.
No se está cumpliendo con el cometido geográfico que establece la ley. Ya que los asociados deben retirar la cantidad máxima permitida (40 gr mensuales) personalmente de la sede del club cannábico. ¿Tantos interesados en “asociarse” existe en las cercanías de cada club?
Por último, también nos preguntamos ¿cómo es posible que el Poder Ejecutivo mantenga aún en el cargo al Dr. Radío, quien desde su función no ha podido cumplir ni una sola de los mandatos establecidos por ley en materia de prevención? No ha presentado ni un solo proyecto que proponga la reducción o control del consumo, tarea que por ley le corresponde.
No ha presentado ningún estudio serio con relación a las causas y consecuencias de la aplicación de la ley en cuestión, a 10 años de su aplicación.
No ha realizado ni promovido ningún tipo de estudio referido a la prevalencia del consumo de cannabis como puerta de entrada a otras drogas.
No ha promovido ningún estudio de causas referidas a la adicción de sustancias psicoactivas con los más de 16.000 institucionalizados en el INR, cuando mas del 85% son declarados consumidores adictos.
Este gobierno está llegando a su fin, y quedará en el aire la pregunta: ¿por qué estuvo el Dr. Radio cinco años en un puesto al que por todas luces nunca estuvo a la altura? ¿Representa el Dr. Radío las ideas en esta materia de todo el Partido Independiente?
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