Por fin, aparece un Partido asignando relevancia a un serio abuso del sistema financiero. Era hora de tratar los intereses, multas y recargos practicados por diferentes instituciones financieras y también por algunos comerciantes.
Préstamos que se transforman en montos absurdos, imposibles de pagar, y que derivan en dramas sociales con pérdidas del poco patrimonio logrado con muchos años de sacrificio.
No es necesario inventar fórmulas mágicas. Es bueno mirar cómo tratan este tema en países respetables.
Nuestro actual sistema permite ofrecer cantidades de dinero, con mucha facilidad, a personas que es muy probable no pueda devolver. El tomador compromete porcentaje de sus ingresos, parte de su jubilación (generalmente ya escasa), y en varios casos garantías personales y/o de terceros, sujetos a embargos.
A modo de ejemplo, en Brasil, la vivienda única es inembargable y ni se acepta como garantía.
No deja de ser curioso que el BPS incentive a tomar préstamos amortizables con la jubilación. ¿Es su rol?
Seguramente de la discusión saldrán correctivos a este flagelo.
Atentamente,
Pedro Darricarrère
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