“El dinero por si solo no satisface todas las necesidades”
Así comenzaba la primera parte del título de un libro de Ernst Friedrich Schumacher, que sigue con, Estudio de Economía Como si la Gente (People) Importara.
El destino tomó a este agudo intelectual alemán en Londres al estallido de la segunda Guerra Europea, y allí permaneció, trabajando en la búsqueda de soluciones económicas que mitigaran las penurias que la conflagración mundial, como pocos años antes la gran depresión, venían ocasionando a la humanidad en su conjunto. Schumacher ayudó al gobierno británico en las finanzas y la economía mientras su nación adoptiva guerreaba contra su país nativo.
“Es doblemente quimérico pretender construir la paz sobre fundamentos económicos que, al mismo tiempo, descansan sobre el fomento sistemático de la codicia y la envidia, fuerzas que verdaderamente sumergen al hombre en un estado de permanente conflicto…” esa frase resume el eje principal de este sencillo tratado de economía traducido a más de 30 idiomas, y que rápidamente se transformó en Best Seller. Small is beautiful publicado en 1973 por primera vez, con una segunda edición en 1999, fue considerado por The Times Literary de Londres como uno de los libros más influyentes a partir de la Segunda Guerra Mundial.
En la BBC, Leo Johnson, especializado en mega tendencias comenta: “Cuando Schumacher murió en 1977, multitud de extraños acudieron a su casa para pedir reliquias…su máquina de escribir, su sombrero, etc. Tal vez formaban parte de las multitudes que solían concurrir a sus conferencias o de los varios millones que compraron sus libros. 15 años después cuando hice una maestría en Londres en economía ni siquiera aparecía en el plan de estudios. Me topé con uno de sus libros y pensé: Esta es la única vez en mi vida que he leído algo de un economista que tiene sentido”.
Tal vez este alegato sencillo, a favor de los buenos modales de cómo encarar los temas económicos que conciernen a la vida del hombre, tenga más vigencia hoy que cuando su lanzamiento, y pueda servir de antídoto a una sociedad distorsionada por el culto al crecimiento desmedido de ciertas estructuras materiales donde nadie osa preguntarse qué aportan al ser humano. Su tesis principal es la necesidad de una profunda revisión de los objetivos económicos para ponerlos al servicio del hombre.
Muchas personas, hoy en nuestro país, sobre todos los pertenecientes a la clase de posibles y egresados de algun colegio privado, cultivan una óptica equivocada de la vida. Para muchos de ellos el lema es: “Cuando más grande mejor”. Y no siempre es así.
¿No sería en todo caso más prudente apostar a la diversidad y no dejarnos impresionar por el tamaño de los inversores?
Está bien que existan grandes superficies, pero al comerciante de cercanía no hay que dejarlo desaparecer, pues cumple una función social y económica. Está bien que existan inversores de mega lecherías, pero al tambero familiar no hay que decretarle su extinción. Está bien que existan inversiones forestales, pero que se circunscriban a los parámetros de la ley inicial de 1987 y sigan ensanchando su área exclusivamente en los campos de prioridad forestal y no en las áreas tradicionales de producción de alimentos. Está bien que existan zonas francas, pero no hay que aplicar la ley del embudo tributario, si vengo de afuera no pago impuestos y si soy vernáculo me hago cargo del presupuesto. Y así sucesivamente.
Las llamadas fiestas de fin de año, con la finalización de las clases, comienzo de las vacaciones, fiesta de Navidad, el advenimiento de un nuevo Año, y los primeros calores intensos -que este año se hicieron notar- en medio de estos necesarios -hoy potencializados- festejos tradicionales, suena un poco a desubique, que se pretenda irrumpir con los ecos de la aprobación de la ley forestal a nivel parlamentario y el consiguiente veto presidencial. Podríamos decir fuera de lugar. Sobre todo cuando los comentarios se hacen en engolado tono doctoral, sin compadecerse que apenas se está iniciando la Feria mayor Judicial.
Más de lo mismo. Se manejaron los mismos capciosos sofismas tendientes a fabricar incompatibilidades que nunca fueron planteadas por Cabildo Abierto ni por su líder el Senador Manini. O se está con la libertad absoluta del derecho de propiedad (derecho de uso, goce y abuso) que permite transformar en bosques de eucaliptos las mejores tierras agrícolas o se está contra el sector forestal en su totalidad. Una típica chicana de falsa dicotomía que Vaz Ferreira llamaba falacia de falsa oposición.
Cualquier trabajador, de la ciudad o el campo, cualquier paisanito con solo haber hecho la escuela rural, podría llegar a comprender la fuerza del mensaje de Schumacher.
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