Parecería que los medios hubieran caído en su propia trampa, como si tuvieran toda la información sobre las posibles patologías de Donald Trump, y que todos los que votaron por él o apoyan su programa económico se hubieran diluido. Y se ven a sí mismos como los portadores de una misión sagrada de obsesionarse con Donald Trump y contarnos su conocimiento superior sobre qué hacer, algo que infecta todo su trabajo…
La gente se ha cansado de esto. Estamos en una crisis, ¿no podemos parar esto por un rato?
De alguna manera, es como si ya no existieran, dado que no cumplen su función primordial. Ya nadie cree que sean fuentes creíbles de información…
Es como si existiera un gremio medieval, o sociedad secreta, que para aceptar jóvenes a la profesión de periodistas tuvieran que dar prueba de su fe anti-Trump… El resultado es que muchos de ellos, incluso no creyendo el discurso dominante, deben actuar como que si lo creyeran para ser aceptados en la profesión.
Esto recuerda a la generación previa a la caída de la Unión Soviética cuando todos, para lograr “ser alguien” en el régimen, debían ser miembros del partido. Y esto a pesar de que ya nadie creía en nada.
Victor D. Hanson, fellow del Hoover Institution y profesor de la Universidad de Stanford, entrevistado por John Batchelor