Imagine una vara de medir de pie verticalmente. En cada extremo se encuentran los extremos de acción para cualquier asunto político, y entre ellos se encuentran todas las gradaciones de la política. La regla representa el espectro político completo para un tema concreto. La esencia de la ventana de Overton es que solo una parte de este espectro político está dentro del ámbito de lo políticamente posible en determinado momento.
Solo las iniciativas políticas dentro de esta ventana de lo políticamente posible tendrán éxito. ¿Por qué es esto así? Lo que pueden lograr los políticos se enmarca en el conjunto de ideas que tienen sus electores -la forma en que la gente piensa-. Si bien estos tienen la flexibilidad de tomar sus propias decisiones, sufrirán consecuencias negativas si se alejan demasiado de esta “ventana”.
Por lo tanto, casi siempre se limitarán a tomar acciones dentro de la ventana de ideas aprobadas por el electorado.
Entonces, ¿qué se debe hacer si un think-tank o grupo de expertos recomienda una idea fuera de la ventana de Overton? La respuesta es que se debe cambiar la ventana. Dado que las ideas, actitudes y presunciones comúnmente sostenidas enmarcan lo que es políticamente posible y crean esta “ventana”, un cambio en las opiniones sostenidas por los políticos y la gente en general permitirá correrla. Moviendo la ventana desde lo que es políticamente posible permitirá que políticas que eran vistas con anterioridad como impracticables se conviertan en la nueva tendencia popular y legislativa.
Extraído de “An introduction to the Overton window of political possibilities”, de Nathan Russell, Mackinac Center for Public Policy
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