Dice el periodista Nelson Fernandez en su columna del sábado en El Observador que “en política, ser amigo de un comunista o un tupamaro está ‘piola’, pero ser amigo de uno de Cabildo exige una explicación de motivo”.
Es acertada la observación, ya que se trata de un fenómeno que experimentan los militantes de Cabildo Abierto desde su inicio.
Pero ni Manini ni los militantes de Cabildo Abierto ingresaron a la política para hacer amigos o dejarse seducir por el canto de las sirenas. Luego de 15 años de deformación social y cultural de nuestra nación, las consignas de Cabildo Abierto no cosechan aplausos fáciles de públicos acólitos, y son muy pocos los analistas políticos que logran comprender el fenómeno político que comenzó con la candidatura de Guido Manini Ríos a la Presidencia de la República.
El domingo pasado, la convención departamental de Cabildo Abierto de Durazno se reunió para proclamar a sus dos candidatos a la intendencia departamental, Carlos Kuster y Guillermo Gurbindo. Pero la discusión trascendió la candidatura departamental y los convencionales expresaron su preocupación por la posibilidad de que Manini se candidateara a la Intendencia de Montevideo. “A Manini Ríos lo votamos para el Senado”, decían en Durazno y muchos otros puntos del interior de nuestro país. De esta manera, dirigentes de varios departamentos expresaban la preocupación que su conductor tuviera que abandonar el Senado para dedicarse a una contienda capitalina que si bien es muy importante, lo hubiera alejado de los grandes temas nacionales que requieren urgente solución. Son cada vez más los ciudadanos que depositan su confianza en el líder de Cabildo Abierto y por tanto lo quieren en el Senado. El bien común no admite dilaciones.
Manini sabe que lo importante no es llegar, sino saber llegar. Puso su candidatura a consideración en un momento en que la coalición no encontraba un candidato de consenso, y sobre todo de peso. Cuando faltó la unanimidad, no dudó en retirar su candidatura y ofrecer su apoyo al referente que conciliara las voluntades de todos. Una vez más, Cabildo Abierto y los demás partidos de la coalición exhibieron habilidad para lograr consensos y evitar cualquier fractura que pusiera en riesgo el objetivo superior: la unidad y el progreso del país. Estamos en fecha óptima para exhibir un excelente equipo de recambio. La lucha por la reconquista de la ciudad recién comienza.