El día 2 de Noviembre, el Ministro del Interior de Guatemala, Oliverio García Rodas, avaló el ingreso al país de la organización no gubernamental estadounidense Planned Parenthood, tristemente célebre tras haberse difundido en 2015, 11 videos en los que sus directivos conversan animadamente sobre la comercialización de partes de fetos humanos abortados en sus instalaciones. Para denunciar al periodista que difundió los videos, los directivos de Planned Parenhood acudieron a la Fiscal Kamala Harris, vice de Joe Biden.
Sin medias tintas
Apenas se enteró del aval, el Presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, vetó la decisión de su ministro y expresó: “A mí me sorprendió el que se hubiera autorizado a una ONG que tiene los antecedentes que tiene”. “Con sólo entrar a Planned Parenthood uno encuentra a qué se dedica y cuando uno busca su historial encuentra historias de terror”.
En la tarde del 2 de noviembre, Giammattei publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que se declaró “fiel defensor de la vida”, y contrario a “la creación, inscripción o puesta en marcha de cualquier organización que vaya en contra de la vida”. “Reconozco la vida desde su concepción –continuó el Presidente- y por lo tanto en mi Gobierno no toleraré ningún movimiento que viole lo que está dispuesto en nuestra Constitución Política de la República (el derecho a la vida desde la concepción), que vaya en contra de los valores con los que fui criado y que riña con mis principios como médico”. Y remató: “En estos temas no hay chance de grises. O se es blanco o se es negro”.
Por su parte, ese mismo día, en el Twitter de la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala, su Presidente Orlando Blanco, amenazó: “El presidente @DrGiammattei es el menos indicado para hablar de valores y principios morales. Quien escupe al cielo en la cara le cae”.
Se cumple la profecía
La semana pasada, el Congreso de Guatemala terminó de aprobar un presupuesto que fue severamente criticado por la oposición, debido a que aumenta el gasto en infraestructura y recorta fondos de programas sociales. El problema del gobierno, es que está obligados a aprobar nuevas leyes fiscales antes del próximo 30 de noviembre si no quiere que automáticamente, entre nuevamente en vigor el presupuesto aprobado para 2020.
El pasado jueves 19, el Presidente Giammattei designó al abogado Gendri Rocael Reyes Mazariegos como ministro de Gobernación (Interior), en reemplazo de Oliverio García Rodas, que había renunciado a su cargo luego del veto presidencial a Planned Parenthood.
El sábado 21, cientos de personas se lanzaron a las calles y provocaron disturbios en distintos puntos del país contra el presupuesto aprobado para el 2021. Manifestantes encapuchados entraron furiosos en la sede del Congreso, donde prendieron fuego archivos, muebles, puertas y ventanas, y destrozaron todo lo que encontraron a su paso hasta que fueron desalojados por las fuerzas del orden. Más de 30 personas fueron detenidas, pero no hubo que lamentar víctimas fatales.
“Reitero que se tiene el derecho de manifestar conforme la ley –afirmó el Presidente Giammattei-. Pero tampoco podemos permitir que se vandalice la propiedad pública o privada. Al que se le compruebe su participación en estos hechos delictivos les caerá todo el peso de la ley”, escribió en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el vicepresidente Guillermo Castillo, al tiempo que ordenó una investigación sobre supuestos abusos por parte de la Policía, afirmó: “Genera dudas la quema del Congreso y lo sucedido a su alrededor”.
Demasiadas calamidades juntas
Guatemala enfrenta una situación muy grave. Es un país muy pobre y muy violento, y por tanto vulnerable en extremo. Además de por el COVID, Guatemala fue azotada hace un par de semanas –como otros países de Centroamérica- por dos huracanes seguidos que hicieron estragos. Encima la inestabilidad institucional. Y el intento de penetración de Planned Parenthood…
Debió ser muy valiente Giammattei para cerrarle las puertas a la poderosa “multinacional de la muerte”. Y deberá ser muy valiente para enfrentar tantas calamidades juntas. El vicepresidente Castillo lo animó a renunciar junto con él, pero la pregunta es: ¿en manos de quién quedaría el país si esto ocurriera? ¿Se calmarían los ánimos con un vacío de poder provocado por una revuelta… que tiene un notable parecido con ciertas “revoluciones de colores”?
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