Tal vez la frase más difundida en las redes sociales en esta etapa de la campaña electoral fue: se acabó el recreo. De todas las acepciones posibles de la sentencia anterior, optamos por hacer foco en el esfuerzo que debe tomar crear una coalición de partidos de gobierno que funcione. Y desde esa óptica, pensar la coyuntura concreta del ahora y proyectar la acción hacia adelante. Este es un aporte en ese sentido, analizando tácticas concretas que ya están presentadas a la opinión pública, es decir están sobre la mesa y otras que todavía no lo están. En ese camino, para sintetizar el planteo, vamos a dividir el análisis en dos ejes principales: política interna y política internacional.
Sobre la política interna
Una mirada a la coalición que conformará el gobierno que asumirá la conducción del país el próximo primero de marzo de 2020, presenta 5 partidos agrupados, que en su esencia tienen 3 componentes fundamentales. Estos son: el Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto. Los otros dos componentes que integran la coalición, Partido de la Gente y Partido Independiente, presentan más un carácter simbólico que de peso político específico.
Así la tripartición que forma el núcleo duro de la coalición tendrá un centro focal en el Partido Nacional, que tendrá la responsabilidad de liderar el Poder Ejecutivo, con una hoja de ruta marcada por su programa de gobierno y los pactos asumidos con sus socios. Y entre sus socios conviene analizar la situación de Cabildo Abierto y el Partido Colorado, proyectando para las dos colectividades cuáles pueden ser sus esfuerzos inmediatos en relación a la política interna del país.
Cabildo Abierto tiene un escenario por demás desafiante en materia de política interna. Ese desafío está marcado por crear los procesos de gestión necesarios para articular su nueva fuerza en el Parlamento (3 senadores y 11 diputados). Esto implica generar, a paso acelerado, un conocimiento aplicable para aprovechar los tiempos y mecanismos del sistema legislativo. Lo que para los partidos tradicionales y el Frente Amplio es un saber creado durante décadas, para Cabildo Abierto será tarea a emprender de inmediato, porque el Parlamento será el instrumento para la política interna en el futuro inmediato.
Cabildo Abierto ha crecido desde la base. Es un caso que se vincula con la historia del país, particularmente ligado a la tradición del Ejército Nacional, y en especial a la tradición del generalato en la vida política del país. El lector puede analizar la historia política del Uruguay, y contar el número de generales que han sido Presidente de la República. La aparición de Guido Manini Ríos es análoga al del anterior General que había emprendido una tarea similar, me refiero a Líber Seregni. Como Seregni, Manini sale de una órbita militar, con una base ideológica inicialmente artiguista, con su clásico componente popular. Pero en el caso Seregni, a la base artiguista se le suma un vector asociado al marxismo propio de la década del 60, y en el caso de Manini ese vector es no-marxista. De ahí, que las campañas de difamación que ambos vivieron, tuviesen signos opuestos, comunista se le endilgaba a Seregni, fascista para el caso de Manini. Y en ambos casos, las difamaciones no son la realidad, sí una condición compartida del artiguismo.
El Partido Colorado vive un momento particular. Atraviesa un nuevo proceso de reformulación de su liderazgo, y en ese camino los desafíos son importantes, si es que pretende salir del estancamiento que le presentan las urnas. A diferencia de Cabildo Abierto, cuenta con una experiencia parlamentaria probada durante décadas, por lo cual ese frente lo tiene cubierto. Pero tiene que encontrar nuevos e inmediatos desafíos para volver a retomar la senda del crecimiento. En ese camino, lo que está en el horizonte son las próximas elecciones municipales dentro de 6 meses.
El Partido Colorado tiene una tradición electoral con importante base en la capital del país. Así visualizar a Ernesto Talvi liderando una candidatura, por el conjunto de la coalición, para la Intendencia de Montevideo, es un escenario que se une con la tradición de sus líderes históricos. Para el caso de Talvi, profesional y académico, ese camino tiene sentido, dado que es un objetivo desafiante, el premio es grande e implica gobernar la mitad de la población del país. Si lo alcanza puede ser el punto de apoyo para una futura campaña presidencial, y si no lo logra no hay costos ocultos, no pasa nada.
Sobre la política internacional
El primero que conceptualizó cuales han sido las tendencias en la historia de la política internacional del Uruguay fue Carlos Real de Azúa (Política internacional e ideologías en el Uruguay, Marcha número 996, 3 de julio de 1959). Allí sintetizó lo que ha sido la política internacional del país en base a dos corrientes, una hegemónica y la otra permanente. Lo acertado del análisis de Real está en que todas las políticas aplicadas en relación a nuestra inserción internacional pueden ser incorporadas a esas dos tendencias. Eso incluye todas las innovaciones o aportes que se han efectuado desde el retorno a la democracia hasta ahora.
Las dos tendencias básicas de la política exterior para Real de Azúa: la corriente hegemónica se vincula a la libre determinación de los pueblos, al derecho a elegir su destino, y en ese camino se sintetiza en la Democracia como ideología que integra y da universalidad. La segunda corriente es la resistente, que tiene primacía por lo tangible, lo próximo, lo propio. Así la corriente hegemónica se puede asociar al estado insular uruguayo, frontera entre dos gigantes del cono sur. La corriente resistente se vincula con la pertenencia a la región continental americana, a la integración.
Los principales desafíos de política exterior del Uruguay, comercio, infraestructuras o inmigración, tomarán políticas concretas que se asentarán en las dos corrientes históricas antedichas. De lo contrario no tendrán asidero en nuestra tradición histórica, y tendrán una corta vida. Así la implementación del tratado Unión Europea-Mercosur, el desarrollo de nuestros sistemas multimodales (puertos fluviales y marítimos, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos) y las políticas inmigratorias para captar población y talentos para una comunidad demográficamente estancada, van a ser la agenda concreta de política exterior.
Para el Partido Colorado y su novel líder Ernesto Talvi llegan momentos de definición. Si toma las riendas del Ministerio de Relaciones Exteriores, como se le está ofreciendo públicamente, cabe preguntarse si la propia tarea de la política internacional no lo aleja de sus bases y de buscar objetivos electorales concretos en las próximas elecciones municipales.
Para Cabildo Abierto llega el momento de su definición de política exterior, qué es lo importante para ese partido, y cómo se une a su política artiguista. En síntesis, las dos corrientes identificadas por Real de Azúa, tienen su correlato en esas dos colectividades políticas, lo hegemónico tan identificado con las políticas coloradas, y lo resistente cuyo primer exponente fue Artigas. Una dialéctica que tiene un nuevo comienzo, al inicio de una nueva coalición de gobierno.