El Dr. Leonel Briozzo fue subsecretario de Salud Pública en el gobierno de Mujica. En este gobierno estuvo al frente del Departamento Médico Obstétrico del Hospital Pereira Rossell, del cual fue cesado por presuntas irregularidades administrativas en más de 600 operaciones. Días atrás, fue designado nuevamente como subsecretario de Salud Pública por el presidente electo Yamandú Orsi.
Entrevistado recientemente por El País, Briozzo dijo que la ley de aborto ha demostrado ser “un avance en términos de derechos” y “de felicidad pública, porque las nuevas generaciones ya no tienen presente la angustia y terror que causaba un embarazo no deseado hace 15 años atrás, que podía llevar incluso a la muerte de la mujer”. Es partidario de transformar el aborto en un derecho constitucional, o bien de no considerarlo delito en ninguna circunstancia. Y sostiene que “la Ley IVE ha hecho que la práctica del aborto sea segura, accesible e infrecuente”. También cree que hay que hacer ajustes a la ley de aborto, extendiendo el plazo más allá de las 20 semanas por posibles malformaciones.
Creo que somos muchos los que deploramos tales declaraciones. El aborto es una violación flagrante del derecho a la vida. Es la ley del más fuerte, donde el que mata dispone de todos los medios y el que muere, es incapaz de defenderse. Además, desde el punto de vista social, hay que recordar que cada tres niños que nacen, uno es abortado.
Sobre el riesgo de mortalidad materna, cabe citar un trabajo de la Dra. María de Lourdes González Bernardi publicado en la Revista Médica del Uruguay. Dice la ginecóloga: “El indicador más confiable a la hora de estimar la mortalidad materna es el número de muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos. […] Los países desarrollados (Estados Unidos, Canadá, Unión Europea) tienen menos de 29 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, lo cual se considera aceptable. Si tenemos en cuenta que en el quinquenio 1995-1999 nacieron en Uruguay 282.358 niños (los datos son del INE), y que en ese período se registraron 62 muertes maternas, según el estudio del Dr. Briozzo y colaboradores, es posible concluir que el índice de muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos para el período considerado fue en Uruguay de 22 (62 x 100.000 / 282.358 = 21,96)”. En suma, hace más de 25 años la mortalidad materna en Uruguay –antes de legalizar el aborto– era similar da la de países que ya lo tenían legalizado.
Para terminar, en un trabajo publicado en la Revista Médica del Uruguay titulado “Aborto provocado: un problema humano”, el Dr. Briozzo afirma que “cuando el embrión comienza a tener la base que lo habilitará a constituirse en un nuevo ser humano (entre las 9 y 12 semanas) se convertiría en paciente y como tal en digno de cuidados médicos que posibiliten su desarrollo y crecimiento aun en el seno materno”.
Más adelante, sostiene que “la gran interrogante es cuándo el feto adquiere los mismos derechos que la madre, es decir cuándo llega a la categoría de paciente, cuándo se debe hacer todo lo posible por su desarrollo y crecimiento aun sin la aprobación de la madre”, y que “este punto de inflexión comienza aproximadamente a las 9-12 semanas de gestación”. Reconoce, además, que “los avances actuales, y los futuros, pueden hacer descender aún más el punto de corte, como lo vivimos a diario en nuestra actividad clínica”.
Si bien como afirmaba el Dr. Tabaré Vázquez, “descubrimientos revolucionarios como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, evidencian que desde el momento de la concepción hay allí un nuevo ser humano”, cabe preguntarle al Dr. Briozzo por qué cree que el “punto de corte” –antes de 9 a 12 semanas–, en lugar de bajar, subió. Por qué antes el nuevo ser humano se convertía en paciente digno de cuidados médicos que posibiliten su desarrollo y crecimiento, con los mismos derechos que la madre, a las 12 semanas, y por qué ahora no. Y, sobre todo, por qué propone ampliar el plazo a más de 20 semanas, a sabiendas de que –por más malformaciones que tengan– estaría matando a pacientes dignos de cuidados, con los mismos derechos que la madre.
¿Por qué? ¿Por la sola voluntad del Dr. Briozzo?
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