He leído atentamente el artículo publicado en la edición del miércoles 11/8, en el que el autor realiza un análisis a partir de la entrevista principal al Sr. Luis Pedro Elhordoy, presidente del Grupo Suroeste de Productores de Cerdos y directivo interino de la Sociedad Uruguaya de Criadores de Cerdos.
Comparto plenamente los puntos considerados, tales como la necesidad de una investigación en cuanto a genética a emplear y tipos de cortes a producir, así como en el tema de costos productivos y las posibilidades que abre el mercado internacional, la búsqueda de la financiación adecuada que estimule una producción que es capaz de generar mano de obra, empleos, fomentar la granja, radicación poblacional etc.; así como una alternativa viable a la carne vacuna.
En Uruguay siempre ha sido, salvo honrosas excepciones, una producción marginal del rubro granjero y hasta lechero, en buena medida por la capacidad del cerdo de convertir en carne casi cualquier desecho de producción de granja o producción de quesos (suero). Esto no es nuevo. Se sabe que la gremial de productores en España ha dispuesto en supermercados y distintos puntos estratégicos contenedores para recolectar las sobras de comida, con lo cual, y al igual que lo hacen los brasileños desde muchos años a la fecha, se elabora una sopa estéril por cocción, que se le suministra a los cerdos como suplemento.
Dos de los desafíos que el artículo detalla son: los del bienestar animal y como bien lo relata se pueden adoptar desde cero por así decirlo, las normas internacionales que rigen en la materia que seguramente, en conjunto con la nutrición, repercutirán en la calidad de la canal (carcasa de media res) y los demás cortes y el otro el medio ambiental.
En este último punto, se abren dos aspectos a tener en cuenta: uno es el de aprovechar la capacidad de conversión para reducir desechos que pueden, con un adecuado tratamiento que garantice su inocuidad alimentaria y epidemiológica, la transmisión de enfermedades hacia dentro de las piaras; y el otro es la utilización de los residuos de la materia fecal de éstos, los que pueden utilizarse para la producción de biogas con el cual se calentaría el agua por ejemplo, para realizar la “sopa” de la que hice mención anteriormente o bien utilizarse en un sistema de Consorciado de Patos, Gansos, Peces y cerdos en lagunas de oxidación que vayan paulatinamente reduciendo la DBO5 (Demanda Bioquímica de Oxígeno) en donde las deyecciones son el sustrato para otros microorganismos (que intervienen en el ciclo del Nitrógeno y del Fósforo), facilitando la prosperidad de protozoarios y algas de las que se alimentan los peces y de éstos las aves. Estas dos opciones pueden ser actividades complementarias tales como lo es el “pesque y pague” ya usado por los brasileños y paraguayos que puede incluir la producción o la caza de patos y gansos con destino ambos al plato, con potencial de generación de una actividad de índole turístico, de cinegética y de pesca deportiva.
Si bien existen estas experiencias que relaté, también allí es necesario la investigación multidisciplinaria, en este caso ambiental, procurando determinar los niveles óptimos que eviten eutroficaciones del sistema lacunar, así como las destinadas a conocer la “Huella de Carbono” de dichas producciones, algo que entre otras huellas (por ejemplo: agua) cada día serán más exigidas por el comercio internacional, siendo las barreras no arancelarias las que se deberán sortear.
Otro desafío, y este desde el punto de vista epidemiológico, es que los cerdos no solo son proclives a contraer la Peste Porcina Africana (PPA) sino también la Aftosa, entre otras, y en este sentido hay que evaluar las instalaciones, que dispongan de un cordón sanitario y protocolos en tal sentido su ubicación territorial. La no importación de productos porcinos de países con casos declarados de aquella enfermedades exóticas o no pasibles de afectar la producción porcina, ante la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), medidas de control epidemiológico respecto a nuestras fronteras sin accidentes geográficos de importancia con Argentina y Brasil, actuación coordinada con las autoridades sanitarias de estos países vecinos; así como atender la influencia de poblaciones salvajes de jabalíes (que pertenecen a la misma especie Suis scrofa) y otros ungulados silvestres precisamente en atención a aspectos tanto ambientales como sanitarios. Aquí la caza mayor de estas especies puede contribuir a reducir dichos riesgos y a la vez se fuente de ingresos genuinos que se derraman en servicios tales como hotelería, transportes etc.
El tema da para un estudio mucho más profundo que lo cimente sobre bases firmes y de proyección futura, destacando que lo que me ha evocado junto a lo explicado en vuestro artículo, pone de relieve varios de los puntos sobre los cuales hay que planificar.
Diego Bimonte Patetta
Médico Veterinario
Especialista en Gestión Ambiental UNIT
Notas:
Patos, gansos e marruecos. Colección Campo & Cidade, 1989 Livraria Nobel SA
https://es.restaurantguru.com/Pesque-pague-Silveira-Formiga-2
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