Creo en la ley de las probabilidades. No sé si tiene lógica después de tantos partidos sin ganar o sin hacer goles, pero puede ser esta doble fecha una buena oportunidad para comenzar a revertir la situación.
La última victoria celeste fue ante Estados Unidos en el cierre de la fase de grupos de la Copa América. Uruguay estaba clasificado y viendo cómo el equipo se fue cayendo físicamente, no pareció atinado jugar con los titulares y volver a comerse los cambios, como habitualmente le pasa al gran DT.
O sea que los últimos triunfos celestes fueron por Copa América ante Panamá por 3 a 1, Bolivia en el llano de Nueva Jersey por 5 a 0, y la ya comentada victoria sobre el anfitrión por 1 a 0.
Pero ante Brasil fue 0 a 0, con el hecho de haber estado cinco días en Las Vegas con 45 grados de calor. Si bien el partido se jugó con aire acondicionado, los entrenamientos y el día a día fueron en un marco sofocante, que unido a los 20 minutos con 10 jugadores ante los brasileros terminaron de fundir al equipo.
Soy de los que impulsa que los partidos eliminatorios que se ganen o pierdan por penales deberían considerarse según el resultado final de todo y no de los 90 o 120 minutos de juego. Por ejemplo, no tengo dudas de que Uruguay en la Copa al vencer por penales le ganó y eliminó a Brasil. Es más, ellos saben que perdieron. Pero estadísticamente y para el análisis profundo el partido fue 0 a 0.
Y allí comenzó el tobogán celeste y el principio del fin de la luna miel con Bielsa, que venía de las extraordinarias victorias ante Brasil acá y Argentina allá. Los primeros momentos de incertidumbre habían comenzado en octubre del 2023, cuando Bielsa envío a su ayudante chileno Reyes a dirigir un Panamericano en el que Uruguay había ganado medallas de oro con Tabárez y Coito en diferentes ediciones. El resultado y rendimiento fueron flojísimos, siendo que no se pudo pasar siquiera a la segunda fase. Pero en esos días la celeste mayor le ganó a nuestros clásicos rivales y no podíamos detenernos en “minucias”.
El problema es que en enero de este 2024 el DT rosarino dirigió a la sub-23 en el Preolímpico con el sueño uruguayo de ir por el oro en París, 100 años después de Colombes. Pero tampoco se pudo pasar a la segunda fase y al segundo partido ya no había chance. El paso por esa experiencia fue triste y aburrida. Mientras el otro Marcelo, DT campeón del mundo sub-20 dirigía el Preolímpico para Emiratos Árabes Unidos. Broli fue dejado libre por tres pesos, literalmente.
Los amistosos ante País Vasco B con empate y la derrota ante Costa de Marfil siguieron minimizándose. “Le habíamos ganado a Brasil y Argentina –decían los bielsistas– esto no importa”.
Una goleada antes de la Copa América con un México B por 4 a 0 y algunos meritorios empates de la selección local del Ruso Pérez, sin tener diálogo alguno con el rosarino, mantuvieron viva la esperanza.
El problema fue que se ganaron los tres partidos ganables ante selecciones de segundo o tercer orden, pero todos sabíamos que el camino a la copa 16 comenzaría en el cuarto partido.
Como ya reseñamos, fue empate y triunfo por penales ante Brasil, lo que revivió las imágenes del triunfo de un año atrás. El problema fue que contra Colombia: el equipo lució cansado y sin ideas para perder a pesar de haber tenido un jugador más durante 60 minutos. Igual creo que merecimos mejor suerte.
El tercer puesto ante Canadá fue un pésimo partido, con un empate a 2 y el triunfo por penales que sirvió más que nada para reivindicar a Suárez, que empató en la hora y marcó su penal. Sabor a poco y la copa 16 se la llevó Argentina, o sea lo que nadie quería que pasara pasó.
Con muchos suspendidos y lesionados se sucedieron los partidos 0 a 0 ante Venezuela y Paraguay. En este último se logró un estadio lleno gracias a la anunciada despedida de Suárez. Posteriormente fue derrota en Lima 0 a 1 y nuevo empate a 0 ante Ecuador con un estadio semivacío.
Las declaraciones de Suárez, el apoyo de los futbolistas a sus palabras y que nadie del plantel o del entorno lo haya desmentido contribuyeron a un clima que ha vaciado las tribunas. También las malas actuaciones influyeron, ya que van siete partidos sin ganar en los 90 minutos, cuatro partidos sin hacer un gol, y seis de los últimos siete partidos sin poder marcar en la valla rival. Pero lo que más público ha sacado del estadio fue la falta de emoción, sabedores de que la clasificación es sencilla. Salvo el morbo de un partido contra Argentina o Brasil, el resto son partidos que se parecen más a amistosos que a otra cosa.
Uruguay sigue tercero, llegó a estar cómodo en el segundo puesto antes de esta racha negativa que ha consumido lo que va del 2024. Está igual que Brasil, que andaba horrible pero ha retornado como todos sospechábamos, y en el quinto lugar viene Ecuador, que debería estar con nosotros, pero perdió tres puntos por una sanción que viene de la eliminatoria anterior.
O sea que ahora, con estos cuatro partidos sin hacer un gol y sin ganar, todo se emparejó. No parece peligrar la clasificación por el hecho de que clasifican siete de 10 para el nuevo formato de mundial con 48 selecciones.
El problema es que entre diciembre y marzo Uruguay debe jugar con Colombia en el Centenario, que viene arrasando; Brasil de visitante, que volvió por sus fueros; Argentina, que lidera, en Montevideo, y Bolivia a 4100 metros de altura y que viene subiendo en la tabla.
Pasamos de creernos invencibles a sospechar que perderemos los próximos 12 puntos. Ni tanto ni tan poco. Creo que lo peor ya pasó. Como comenté varias veces, Uruguay irá al Mundial con Bielsa, no por Bielsa, y en algún caso a pesar de Bielsa. Pero hay jugadores para seguir adelante.
Veo que el clima sigue un poco deprimido. Los jugadores se lesionan mucho, eso les pasa a muchas selecciones, y enseguida avisan que no estarán a la orden. Los suspendidos vuelven todos pero no estarán disponibles Matías Viña, que hace rato está en recuperación, y tampoco Giorgian De Arrascaeta y Nicolás de la Cruz.
Imagino que el equipo que pondrá el DT será con Rochet en el arco. Una línea de cuatro con Nández, Josema, Bueno y Olivera. Me parece muy buen nivel atrás a pesar de las ausencias de Ronald y Seba Cáceres. En el medio, Valverde, Ugarte y Bentancur, todos Clase A. Y adelante el triplete de Bielsa que conforman Pellistri, Darwin y Maxi Araújo.
Hay un buen equipo para poder vencer a Colombia en casa. Pero esta Colombia es cosa seria. No será fácil. Creo en la ley de probabilidades. Después de tantos partidos sin goles ni victorias es hora de dar vuelta la racha.
Históricamente Uruguay se ha destacado por conseguir mejores resultados cuando llega de “punto” y ha desaprovechado oportunidades siendo “banca”. Hoy, en esta racha negativa contra dos rivales pesados somos “punto”, la responsabilidad recae sobre quienes vienen en ascenso y es allí donde podríamos sorprender y ver si se puede recuperar parte del funcionamiento mostrado el año pasado ante rivales importantes e incluso este año en la débil fase de grupo que nos tocó en la Copa de Estados Unidos.
Ojalá que esto suceda, que Bielsa recupere la respuesta del equipo, que se abra el arco rival más que el nuestro y que los problemas de convivencia queden minimizados por lo corto del tiempo que se pasa juntos cuando hay doble fecha de eliminatorias. Los mayores desencuentros fueron en el Preolímpico y la Copa América. Ahora supongo que todos se cuidan un poco más.
El miércoles que viene analizaremos lo que haya sucedido.
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