No existe una definición precisa en español para ese mal, el llamado “síndrome de la quemazón”, “síndrome de estar quemado”, “síndrome del estrés laboral asistencial”, “síndrome del desgaste profesional”, hace su aparición cuando el profesional está “quemado” dándose a entender que la situación (fundamentalmente laboral aunque también familiar o social) lo ha sobrepasado y ha quedado reducida su capacidad de adaptación.
El diccionario de Psicología de la Universidad de Oxford, define al síndrome burnout como “un trastorno de estrés agudo o reacción caracterizado por agotamiento, originado por un exceso de trabajo, con ansiedad, fatiga, insomnio, depresión, y deterioro en el desempeño laboral”
“El síndrome burnout ha sido característico de aquellas profesiones u ocupaciones que tienen trato directo con personas”
El concepto de “Burnout” fue originado en 1974, por Freudenberger, psiquiatra, que trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva York. Observó que al año de trabajar la mayoría de los voluntarios sufría una pérdida progresiva de energía, hasta llegar al agotamiento, síntomas de ansiedad y de depresión, así como desmotivación en su trabajo y agresividad con los pacientes.
El síndrome burnout ha sido característico de aquellas profesiones u ocupaciones que tienen trato directo con personas, siendo los más propensos aquellos que trabajan en el sector asistencial de la salud, pero también lo son los docentes, maestros y todo aquél que tenga como labor el trato con personas. Una variante del síndrome burnout ha sido el llamado burnout del cuidador que hace referencia a aquél que tiene a su cargo el cuidado de otra persona, discapacitada, enferma terminal o enfermo crónico.
El estrés padecido en el ámbito laboral va minando la capacidad del individuo de recuperar el equilibrio de su medio interno, recordemos que el estrés es un proceso normal que prepara al individuo para dos posibles respuestas: luchar u huir, cuando nos exponemos a estresores durante un período prolongado de tiempo, este proceso comienza a hacer mella en nuestro organismo, perdiéndose la capacidad de recuperar el equilibrio y volver al estado norma, esto deteriora nuestros órganos y tejidos, así como nuestro sistema inmunológico haciéndonos más proclives a las infecciones y el cáncer.
A medida que el trabajador se ve expuesto al estrés crónico en el ámbito laboral se ven alteradas sus emociones, cogniciones actitudes y comportamientos, el burnout se caracteriza por presentar tres dimensiones: despersonalización, agotamiento emocional y baja realización personal en el trabajo.
El cansancio emocional: Se caracteriza por la pérdida progresiva de energía, el desgaste, el agotamiento, la fatiga, etc.
La despersonalización: Manifestada por irritabilidad, actitudes negativas y respuestas frías e impersonales hacia las personas (clientes, pacientes, alumnos etc.)
La falta de realización personal, con respuestas negativas hacia sí mismo y el trabajo.
¿En qué se diferencian estrés laboral de burnout?
El estrés laboral se diferencia del burnout en que el primero es el resultado de una adaptación temporal mientras que el burnout es la ruptura en la adaptación de tipo crónico. El sujeto afectado por el burnout no puede volver a sus niveles normales o iniciales de funcionamiento otra vez.
“El burnout se caracteriza por presentar tres dimensiones: despersonalización, agotamiento emocional y baja realización personal en el trabajo”
¿Cómo se puede prevenir el burnout?
Desde las organizaciones y las empresas, generando espacios de recreación y áreas de descanso, son muchos los ejemplos que hoy en nuestro país cuentan como un recurso importante la salud de sus empleados, como forma de evitar el ausentismo y también porque el estrés laboral desemboca en un mal desempeño de la tarea.
Desde el punto de los trabajadores, es importante no perder de vista la importancia de los llamados “factores protectores del estrés”: el sueño, la alimentación, la actividad física y el ocio, no descuidarlos de manera tal de cuidar nuestra salud y que nuestro organismo cuente con recursos propios para protegerse del estrés, también tener presente que debemos hacer nuestro trabajo con responsabilidad pero teniendo siempre presente que nuestro trabajo es una parte importante de nuestras vidas, pero no olvidando que es sólo una parte.
(*) Licenciado en Psicología por la Universidad Católica. Terapeuta Cognitivo conductual.