Existe parálisis política en ciertos temas. El gobierno “hizo la plancha” durante todo el período, pese a que con la excusa de la pandemia podía introducir los cambios laborales imprescindibles para ingresar al siglo XXI.
¿La pandemia fue una crisis o una oportunidad para hacer lo que se debe hacer, como ya se hizo en el mundo desarrollado? Cuando estalló el problema laboral en una conocida empresa de “delivery”, ¿qué se hizo, qué se pensó hacer hacia adelante? ¿Podían suponer que seguirá sucediendo ese tipo de crisis en el futuro?
Hay algunos indicadores que pintan nubarrones, será un caso que nos explotará en la cara en pocos años mientras seguimos dando vueltas de la telerrealidad política que vive nuestro sistema democrático. El tema a tratar en concreto es la falta de una estrategia, presupuesto y gestión pública en las nuevas relaciones laborales y en inteligencia artificial. Resulta que la carrera para convertirse en el líder mundial en inteligencia artificial ha comenzado. En apenas pocos años un buen número de países e instituciones supranacionales, han puesto en marcha programas integrales para afrontar estratégicamente el desafío que supone promover el uso y desarrollo de la inteligencia artificial. La pregunta que se debe responder en ese tema y de modo ciertamente urgente es cómo vamos a afrontar los retos económicos, laborales, industriales, éticos, sociológicos e, incluso, políticos y democráticos.
En Canadá, China, Dinamarca, la Comisión de la UE, Finlandia, Francia, India, Italia, Japón, México, la región nórdica-báltica, Singapur, Corea del Sur, Suecia, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido, se han puesto en marcha. Todos ellos han presentado y activan planes en cuanto al desafío que supone liderar mundialmente la tecnología que más profundamente ya nos afecta. Todos ellos trabajan hace tiempo en el diseño estratégico, el desarrollo del talento necesario, el mercado laboral resultante, el modelo educativo, la adopción del sector público y privado de este modelo, la ética y la filosofía de inclusión de modelos inteligentes artificialmente, los estándares a asumir legalmente y los límites y regulaciones necesarios, las infraestructuras digitales obligatorias y, finalmente, el modelo de gestión de datos y privacidad resultante. Es decir, no sólo hablamos de economía, sino que también, de todo lo que va a significar en apenas un lustro o una década el despliegue de la inteligencia artificial.
Uruguay necesita presentar las líneas maestras de la estrategia de I+D+i en Inteligencia Artificial. Los partidos que hoy compiten electoralmente deben presentar como “embrión” de la Estrategia Nacional en IA que vería la luz un tiempo después y que debería definir unos objetivos concretos y dotar de los recursos necesarios para llevarlos a cabo. ¿Usted los ha visto?
Lo que parece un paso importante en el posicionamiento y la definición de la visión país en IA ha resultado inexistente. Los países del mundo se están moviendo muy rápido, con decisiones estratégicas y con inversión radical. Y si no queremos quedarnos atrás debemos activarnos. Lo grave de no hacer nada en una materia que va a ser clave en el futuro es que tus competidores sí lo hagan. Algunas empresas quizás estén trabajando muy duro para que no nos quedemos atrás, pero falta voluntad política y apoyo institucional. Y no hay porque están en otras cosas, sin presupuestos nuevos, sin capacidad de hacer inversiones estratégicas y con una pasividad que asusta.
¿Cuánta más tecnología menos empleo? Parece una máxima insalvable, pero no es cierto, no del todo. Si se plantean estrategias para la modernización tecnológica de un país, si se estimulan los cambios necesarios fiscalmente, por ejemplo, se logra hacer más productivos, eficientes y competitivos los sectores de mayor vanguardia. Resulta que Corea del Sur tiene 631 robots por cada 10.000 trabajadores y su tasa de desempleo es del 3,2%. España tiene 160 robots por cada 10.000 trabajadores y un desempleo del 14,5%. Relacionar robots y desempleo es un error, debería hacerse con eficiencia, productividad y generación de empleo. Alemania es el país con más robots per cápita de Europa y quien está más cerca del pleno empleo. Grecia es la región europea con menos robots industriales en marcha y el país con mayor tasa de desempleo. Durante los últimos años, el debate sobre robots y el empleo se ha centrado en gran medida en cómo la automatización puede impactar sobre la fuerza laboral.
Según el informe sobre el Futuro de los Empleos del Foro Económico Mundial, para el año 2025 unos 85 millones de puestos de trabajo pueden verse desplazados por la automatización. Se está en una revolución tecnológica inacabada, un modelo productivo obsoleto y políticas de empleo ineficaces e inexistentes.
Vistas las tendencias del mercado laboral mundial, que muestran un cambio continuo en la preferencia de los empleados hacia el trabajo flexible y modelos de empleo modificados, con un enfoque de crecimiento lateral y de aprendizaje, las autoridades gubernamentales, los gremios laborales y empresariales, deciden estudiar los aspectos siguientes:
a. Competencias requeridas en los mercados laborales.
b. La automatización y su impacto en el mercado de trabajo.
c. Las tendencias demográficas y su incidencia en el mercado laboral en el Uruguay.
d. Evolución de los modelos de empleo, incluyendo el teletrabajo y formas híbridas.
e. Modelos de empleo, el trabajo por encargo y otras formas más sofisticadas.
f. Aprendizaje automático, inteligencia artificial y automatización de trabajo.
g. Inteligencia artificial, procesos de reclutamiento y gestión de talento.
h. Remuneración por tarea realizada, por producto terminado o por hora. Hoy la tecnología lo permite (el que desea trabajar seis horas, cobra seis horas, ocho horas cobra ocho, el que desea trabajar diez horas durante un tiempo porque desea ir al próximo mundial de fútbol que lo haga).
Preocupados por el empleo y fuentes de trabajo, el Pit-Cnt junto a las autoridades gubernamentales nacionales, Inefop, Udelar y demás universidades privadas, liderarán el apoyo para constituir en su seno incubadoras de empresas como vía de autogenerar empleo genuino.
Acordar con el gobierno, legítimo representante de la decisión ciudadana en esta democracia plena, trabajar juntos contando con nuestra confianza, colaboración y cooperación con el propósito de incrementar el capital social del Uruguay. Considerando todos los factores que influyen en el desempeño de las empresas y las diferencias humanas de sus integrantes, ¿usted piensa que tiene algún asidero científico utilizar los consejos de salarios para promover las remuneraciones con criterios tan elementales como son rubros de producción para productos o servicios similares y obligatoriamente pagar igual a los integrantes de cada categoría?
El Uruguay debe avanzar en el sentido en que va el mundo, que no es precisamente el que impulsan hoy quienes lideran las relaciones laborales del país.
Rafael Rubio
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