Cuando el 24 de junio pasado, la Corte Suprema de los Estados Unidos derogó el fallo Roe vs. Wade que consideraba el aborto como un derecho constitucional, Ud. se indignó. Y un comunicado publicado por su fundación, la Open Society, sostuvo que “la anulación de Roe v. Wade es un ataque contra las mujeres y la democracia a nivel mundial”.
Ud. considera que esta decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos “es un ataque a (…) ‘los derechos humanos’” y que esta medida “perjudicará más a las comunidades sistémicamente falladas por los sistemas de salud, especialmente las comunidades de color y las mujeres pobres”.
El codirector de su fundación, Laleh Ispahani, ha afirmado que “la decisión de la mayoría no solo causará un daño incalculable en las mujeres y las familias en los EE. UU., sino que podría (…) hacer retroceder los avances logrados con tanto esfuerzo en otras naciones y envalentonando a los movimientos contra el derecho a decidir”.
Ud. mismo ha confesado que la “Open Society se enorgullece de invertir en organizaciones de derechos reproductivos (…) que están luchando en este momento, tanto en los Estados Unidos como a nivel mundial”.
En los últimos días, Ud. ha salido nuevamente a la palestra sosteniendo que la actual integración de la Corte Suprema es “parte de un plan cuidadosamente elaborado para convertir a Estados Unidos en un régimen represivo”. Se ha quejado de que el juez Samuel Alito haya basado “su fallo en la afirmación de que la Decimocuarta Enmienda protege solo aquellos derechos que fueron reconocidos en general en 1868, cuando se ratificó la enmienda”. Y ha afirmado que “ese argumento pone en peligro muchos otros derechos que han sido reconocidos desde entonces, entre ellos el derecho a la anticoncepción, el matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos LGBTQ”.
Empecemos por el principio. ¿Qué es el aborto provocado? Es la decisión de eliminar –de matar– una vida humana apenas concebida que habita en el cuerpo de su madre, para impedirle crecer, desarrollarse y nacer. Ese derecho a la vida de un ser humano inocente es inherente a su naturaleza y, en cuanto tal, debe ser reconocido y respetado por todos. Abortar intencionalmente no es propio de la naturaleza humana. Y si vamos a hablar de planes cuidadosamente elaborados para dirigir los destinos de una nación, podríamos empezar por el fallo Roe vs. Wade… ¿o me va a decir Ud. que no fue escrupulosamente planeado?
Es tragicómico que se rasgue Ud. las vestiduras alegando que esta decisión perjudicará a las mujeres pobres y color… ¿Acaso Ud. no sabe que la mitad de las víctimas del aborto son varones y la otra mitad son mujeres? ¿Acaso nunca se le ocurrió pensar que la salud de la hija –que no se puede defender de ningún modo– es tan importante como la salud de la madre –que es quien tiene todo el poder de decidir–? ¿Acaso conoce Ud. el terrible daño que provoca el síndrome posaborto?
Ud. está orgulloso de invertir en organizaciones pro “derechos reproductivos” a nivel mundial… Pero… ¿quién le pidió que lo hiciera? ¿Alguna ONG que vive de sus dádivas? Porque, si no me equivoco, ningún pueblo del mundo votó para que Ud. –y sus amigos globalistas– metieran sus narices en sus asuntos, ni en sus camas.
Por otra parte, si este fallo pone en peligro otros “derechos” reconocidos a partir de la artera aprobación de Roe vs. Wade, lo primero que hay que preguntarse, como en el caso del aborto, es: ¿son derechos? ¿no serán licencias o caprichos que obedecen a una agenda cuidadosamente planeada de unos señores que pretenden reducir la población mundial mediante la legalización del aborto, la eutanasia, y la promoción de conductas antiprocreativas?
En Uruguay, el número de nacimientos entre 2015 y 2020 se redujo un 27%. Este descenso es dramático, sobre todo para los más jóvenes. ¿Quién les va a pagar la jubilación a los jóvenes de hoy dentro de 30 o 40 años? ¿La Open Society? ¿Planned Parenthood?
Ud. y su fundación, Sr. Soros, han sido y son –al decir del senador Guido Manini Ríos– “delincuentes de cuello blanco” (…) “siempre dispuestos a financiar proyectos cuyos intereses no necesariamente coinciden con los del país”1.
Si no le gusta este fallo, Sr. Soros, apechugue. Un mundo que ha tenido que aguantar el daño provocado por sus caprichos, bien puede soportar el ruido provocado por sus berrinches.
1 https://legislativo.parlamento.gub.uy/temporales/EV_upd46942928202.pdf
TE PUEDE INTERESAR