Un lector desprevenido podría llegar a pensar que, en lugar de ser una rendición de cuentas, lo que se discute actualmente el Parlamento no es más que una lista de deseos presentada por un conjunto de actores privados, que como niños que ya conocen el secreto, siguen escribiéndole de todos modos cartas a los Reyes Magos. Por un tiempo la familia sigue el juego, hasta que la realidad se impone y se acaba la magia de la noche anterior. A los pobres camellos nadie les pone más pasto…
De golpe a alguien se le ocurrió exceptuar del plazo máximo de 15 años para los arrendamientos a los inmuebles de AFE, los cuales podrán ahora ser arrendados por 30 años. El gobierno anterior nos había hecho creer que la inversión en el “tren de UPM” se justificaba porque viabilizaría el modo ferroviario para el resto del país. Pero daría la impresión que a alguno le resultó apetecibles los terrenos de AFE para poner algún supermercado; como si los subsidios de la COMAP no fueran suficientes, y el Estado tuviera que dar algún incentivo más para la rápida muerte de los tradicionales comercios, bares y almacenes de barrio.
Pero ni a los que redactaron el Pacto de Versalles se les hubiera ocurrido imponer una capitulación más grande como la que esta rendición de cuentas intenta imponer sobre el sistema mutual de salud. Primero fue el Sistema Integrado de Salud y la “reforma Olesker” que impusieron la Junasa a modo de “comisariado”. Luego se las endeudó para enjugar las pérdidas que el propio sistema les impuso. Luego se les puso un límite de endeudamiento, justificado por las ideas de un propagandista de medicamentos convertido en experto en administración de salud, cosa que se hicieran aún más dependientes de los sellos de goma y del poder político. Ahora la Junasa no alcanza, es necesario imponerles un nuevo superorganismo que, a modo de Presidium, todo lo vea y todo lo controle. Bajo la mirada atenta de algunos, el mundo de Rousseau parecería tener bajo asedio al sistema mutual de salud. Seguramente esto forma parte de algún plan de negocios cuidadosamente concebido por algún fondo de inversión que viene con el sello de “sostenible”.
Antonio Raimondi
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