En los últimos días dentro del Partido Nacional se realizó el relanzamiento de la Secretaría de Diversidad, la cual existe desde 2019 como creación de Beatriz Argimón y Gloria Rodríguez.
Las críticas fueron muchas; y es que los blancos que defendemos y amamos las raíces de nuestro Partido, nos oponemos a que vengan a querer arrancarlas. Los blancos no queremos agendas importadas.
Los blancos no queremos imposiciones ideológicas. A nosotros nadie nos corre con el poncho.
Esta Secretaría viene como una forma de continuar fuertemente con la agenda ONU 2030, a la que los verdaderos nacionalistas nos oponemos, pero que algunos insisten en imponer.
Lo grave son las declaraciones que el Secretario General de esta Secretaría, Federico Bianchi dio en el programa “Fácil desviarse” de FM del Sol.
Dijo que trabajarán lentamente para “no encender las alarmas”, y que la Senadora Gloria Rodríguez ya está trabajando en dos proyectos fundamentales para la comunidad LGBTiQ+; prohibir los tratamientos de conversión, y ampliar los derechos de subrogación de vientre en parejas lesbianas.
Invito al lector a analizar ambos proyectos.
En el mundo existen muchos casos de adolescentes que se suicidan tras someterse a un cambio de sexo y luego arrepentirse.
Pero sin ir tan lejos, nuestra Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, y todos gozamos de libertad.
¿Dónde está la libertad de las personas que, en pleno gozo de sus capacidades para decidir, quieren acudir a una terapia en busca de su identidad? ¿Por qué el Estado busca prohibir a diestra y siniestra?
En nuestro país, a diferencia de algunos países de medio oriente, los homosexuales gozan de los mismos derechos que los heterosexuales, y jamás se aplicaron tratamientos con tortura y humillaciones públicas para “convertirlos”, ya que nuestra sociedad acepta las distintas orientaciones sexuales de cada individuo como algo natural y privado de cada quién.
¿Entonces qué sentido tendría prohibirle a un adolescente, por ejemplo, que está atravesando una crisis de identidad, recurrir a un psicólogo?
Otra de las propuestas en las que está trabajando la Senadora Gloria Rodríguez, según cuenta Federico Bianchi, es la ampliación de los derechos de subrogación de vientre en parejas lesbianas.
Es aberrante que siempre se mire a ciertos colectivos como desprotegidos, cuando los verdaderos desprotegidos y vulnerables son los niños.
Niños que vienen para satisfacer el deseo de un adulto, que por su elección de vida está imposibilitado de procrear, y priva a una criatura inocente de lo más natural que es tener un papá y una mamá.
¿Dónde quedan los derechos de los niños?
¿Por qué se los trata como objetos que vienen únicamente a satisfacer deseos frustrados de los adultos?
¿Cómo se le explica, cuando lo pregunte, que se lo eligió “por catálogo” (eugenesía pura) y que no tiene un papá o una mamá, como el resto de los niños?
Una vez que la ventana de Overton se abre, no existe un límite de lo que puede llegar a venir. Reflexionemos antes que sea demasiado tarde.
(*) Dirigente de la agrupación Unión Blanca Republicana del Partido Nacional
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