Tal vez mencionar el covid a estas alturas no sea necesario para algunas personas y sea un tema acabado del cual ya no debemos hablar; para explicar dicha postura hay razones sobradas, pero, aunque justificadas, también existen razones para hacerlo. Olvidar no es la mejor opción cuando es válido considerarlo una experiencia de toda la humanidad, y que su aprendizaje es necesario para la prevención de situaciones similares.
Transcurridos tres años de la llegada de la pandemia del COVID-19, muchas son las conclusiones, aprendizajes y tareas pendientes que nos ha dejado. Sin duda un gran reto que interpeló directamente a todo el sistema Sanitario en cada uno de sus elementos constitutivos incluidas características particulares como áreas geográficas, idiosincrasia, entre otros muchos. Si bien ya hemos transcurrido la emergencia sanitaria y la Organización Mundial de la Salud se ha expresado a favor de ello, aún quedan áreas por seguir trabajando que indiscutiblemente deberíamos utilizar para que las experiencias vividas sean herramientas útiles a la hora de generar insumos que nos tengan preparados directamente desde la vigilancia sanitaria.
Así, hablamos de un proceso rápido que puso a las autoridades científicas, políticas y sociales del mundo frente a un reto que obligó a tomar decisiones sobre la marcha de una situación desconocida. Y sobre ella el aprendizaje adoptado rápidamente arrojó resultados, con base en acciones sobre la detección, el tratamiento, la adecuación de los centros de internación, y de formación del personal de salud, como la comunicación de medidas a la población en general. En definitiva, cambios en la formación profesional y no profesional, en las estructuras políticas y sociales y en las costumbres en general, que debieron hacer confluir sus intereses, prácticas y accionar para obtener un solo objetivo: el bienestar de la población ante la pandemia y la detención de esta. La alta especificidad en la práctica de la medicina, la sistematización de procesos en general, la investigación, la colaboración y obviamente los medios de comunicación, fueron elementos clave para lograrlo. Aunque nada se podría haber realizado sin la voluntad y colaboración de “todos”.
Tampoco podemos dejar de recordar el alto número de casos y muertes que se dieron en muy corto lapso de tiempo. Hoy, además del trabajo complementario de las diferentes disciplinas dentro de la Salud en particular y de las demás ciencias en general, se hacen necesarias las relacionadas a cuestiones concluyentes y de proyección en el sentido del interés de la salud, como lo es la Vacunación, la Equidad, y generar mayor información en base a investigaciones relacionadas a sus consecuencias.
Para ello, los sistemas de salud de los países deben, sobre los cimientos que poseen generar medidas que permitan el acceso y resolución de problemas de salud, contemplando su entorno y adaptándose a él. De igual forma buscar la complementariedad en lo relacionado a características socioeconómicas, con políticas complementarias.
En resumen, es necesario tener presente todo el proceso vivido y asumir que además de pérdida de vidas, nos dejó enseñanzas y proyecciones sobre las que necesariamente debemos ya, estar escribiendo un capítulo nuevo en la vida del Hombre, y su cuidado.
L.E. Isabel Casco
PG en Gestión y Politicas
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