La prevención, el tratamiento y la rehabilitación se encaran satisfactoriamente, también desde la medicina social en el ambiente termal.
Extraído de una conferencia del Dr. Pedro Rivero Arrarte.
Las aguas termales fueron usadas por los antiguos egipcios, griegos y romanos desde hace 5000 años; ningún otro tratamiento ha subsistido tantos milenios y actualmente, cuando el mundo ansía volver a la naturaleza, ha adquirido un auge inmenso. Pese a lo limitada de su promoción especializada, cada vez más personas recurren a ellas para aliviar sus dolores.
Las termas uruguayas tienen la gran ventaja de que en cualquier época o estación del año puede hacerse una agradable y beneficiosa temporada. Esto se debe al templado y buen clima; a la abundancia de piscinas, algunas de ellas cubiertas, que pueden utilizarse sin inconveniente aun con lluvia o mal tiempo; a los cómodos y variados alojamientos para toda exigencia y bolsillo, y a la frondosidad del parque y el bosque, así como a la belleza de sus jardines y del paisaje de la zona termal.
En Europa los directivos de industrias y empresas en general aconsejan a sus obreros y empleados que transcurran la mitad de sus vacaciones, por lo menos, en una terma preferiblemente de características sedantes, como son precisamente las nuestras. Han constatado invariablemente que los que así lo hacen se desempeñan más activos y rendidores, más optimistas y tienen un 40% menos de inasistencias al trabajo por enfermedad. Como corolario se constata también en nuestro medio que los que van una vez a la terma, continúan frecuentándola anualmente; el 70% son repetidores, deduciéndose de esto el bien que reciben en su salud y bienestar. Además, se constata que el efecto de las termas no es solo inmediato; se prolonga durante varios meses, aún hasta un año, sobre todo si la persona observa las reglas de salud que practicó y aprendió en las termas.
Al apartarse de su actividad habitual y sus preocupaciones diarias, junto a la hidro-termo-climatoterapia, conjunción extraordinaria que solo se encuentra en la terma, el acuista, haciendo el descanso activo, reacciona favorablemente física y espiritualmente y se reintegra bien dispuesto a su ambiente habitual.
Termalismo social
El termalismo social, que en bien de la salud colectiva debería realizarse por el Ministerio de Salud Pública y por las mutualistas médicas, sería una actitud altamente positiva. En muchos casos serían menores los gastos que el sanatorio o el hospital y los resultados más satisfactorios para el país y para los pacientes.
Debe definirse el moderno e integral tratamiento termal como un conjunto sincrónico que influenciando las funciones somáticas también tiende a la estabilización de las funciones psíquicas, hecho importante por la gran frecuencia actual de afecciones psicosomáticas.
También debe considerarse que la estructura y la organización de la terma llena el espacio existente entre el consultorio y el sanatorio u hospital. No es por lo tanto un alternativa, sino una racional cooperación y coordinación.
La prevención, el tratamiento y la rehabilitación se encaran satisfactoriamente, también desde la medicina social en el ambiente termal.
En cuanto a la rehabilitación en nuestras termas, son indicadas en alteraciones degenerativas o dolorosas del aparato locomotor, así como después de traumas o accidentes con disminución funcional. La tonificación diaria continuada por los baños, el ejercicio, el clima, la fisioterapia y demás factores significan un entrenamiento funcional, un desarrollo progresivo, gradual del sistema locomotor, comprendidos los músculos, las articulaciones y la posición del sistema cardiorrespiratorio, reflejándose ambos en la homeostasis y las funciones neuroendocrinas con indudable revitalización, variable desde luego en muchos casos.
Debe considerarse la frecuente prolongación del efecto del tratamiento termal, mucho tiempo después de la estadía, reforzado esto por la enseñanza de la salud que el paciente adquiere en la terma.
Acuerdo en Salud entre Argentina y Uruguay
En un acto que tuvo lugar en la sede del Ministerio de Salud Pública, el jueves 16 de mayo se firmó la Carta de Intención de Cooperación Bilateral entre la ministra de Salud Pública, Karina Rando, el presidente de la Cámara Argentina de Turismo Médico (CATM), Alejandro J. Muñiz y María Ana Porcelli, directora general del Fondo Nacional de Recursos (FNR).
La carta de intención establece el compromiso de las instituciones firmantes de trabajar en conjunto para ofrecer asistencia a los pacientes uruguayos, en casos que requieran atención de complejidad o enfrenten largos tiempos de espera, en prácticas ya existentes o que puedan ampliarse a través del FNR.
La suscripción de este importante acuerdo es un nuevo avance en la cooperación bilateral con el objetivo de optimizar la complementación entre entidades de salud argentinas y uruguayas: hospitales, clínicas, sanatorios, prestadores de servicios de salud, entre otras. Se establecen mecanismos de cooperación tendientes a cubrir prestaciones sanitarias de alta complejidad cuando no puedan prestarse en el país y siempre que estén habilitados a ser cubiertos en el extranjero.
El acuerdo también contribuye a la formación de profesionales de la salud, desarrollando las actividades académicas con base en los principios de interdisciplinaridad, trabajo en equipo, análisis de procesos y autoevaluación.
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