Las palabras del senador Sergio Botana, recogidas en un semanario la semana pasada, merecen todo nuestro apoyo, en cuanto asumen lo que Cabildo Abierto ha estado diciendo relativo a la necesidad de que la coalición acelere y concrete las promesas de su programa.
Ha dicho Botana con razón que “ha llegado la hora de encarar” y que “llegamos al gobierno para liderar transformaciones”. Su idea es crear un “ala popular”, pensamos que con reminiscencias wilsonistas, atendiendo temas referentes a bajar el costo de la producción, hacer más competitivo al país, invertir en los sectores de inteligencia y de comunicaciones, y profundizar las medidas para una mayor descentralización de las gobernanzas locales.
Sin perjuicio de que el distinguido senador de Cerro Largo hable, como es natural, desde su ángulo partidario y con su larga experiencia como gobernante, por ser también integrante de la coalición republicana, nos compromete ese esfuerzo sobre un aspecto que anticipamos y en el que, por lo tanto, coincidimos.
Hace algún tiempo sostuvimos que había llegado el momento de la acción, cuyo ejercicio se había visto dilatado primeramente por la pandemia, cuya indiscutible necesidad de atención inmediata priorizó un esfuerzo de tiempo y dinero que, en acertado manejo, permitió su adecuado control en salvaguarda de la salud colectiva.
Luego, el otro obstáculo que debió superar el gobierno fue la feroz embestida de la oposición contra la LUC en su intención por quitarle el instrumento jurídico de su proyecto político. Fracasaron, pero llevó meses y recursos bloquear esa pretensión absurda y desesperada.
Comenzaron, entonces, los tiempos de la acción, del ejercicio gubernativo para el cumplimiento del programa comprometido.
Es precisamente en este ejercicio que hay que apurar en cumplir.
Con acierto dice también el senador Botana que se están anticipando las candidaturas y que a esta altura es muy prematuro e innecesario, cuando tenemos por delante dos años de gobierno para trabajar intensamente.
Si bien las mejoras y los adelantos aprobados en la LUC han propiciado ostensibles progresos y una mayor libertad, está en marcha la imprescindible reforma educativa y ahora se decide con coraje cívico y político abordar la reforma de la Seguridad Social, pero también la ciudadanía espera otras medidas, entre las cuales hay importantes proyectos presentados por Cabildo Abierto.
Sabemos que la oposición opera para el obstruccionismo y la inmovilidad, pues toda su estrategia para recuperar el poder se centra en el fracaso de la coalición republicana gobernante y no en la oferta de un proyecto alternativo.
Por lo cual, y sin perjuicio de las diferencias naturales propias de cada sector político, es necesario hacer el mayor esfuerzo en la unidad para llevar adelante el propósito común.
En consecuencia, urge la reforma de algunas leyes, como es el caso del fracasado Código del Proceso Penal, cuya vigencia está llevando al descrédito público de la justicia penal, orientada de forma evidente al servicio del frenteamplismo.
El senador Domenech ha calificado como hecatombe el sistema judicial y el ministro de Educación, Dr. Pablo Da Silveira, se ha visto hostigado indirectamente sobre personas de su entorno afectivo, entre otros casos demostrativos de esa orientación, siempre al servicio de esa parcializada inclinación política.
Del mismo modo la ley para resolver el sobrendeudamiento de casi un millón de compatriotas, no ha sido atendida con el interés que merece por las exacciones que permite en el crédito minorista al consumo, y ha sido privilegiada por el gobierno anterior, en directo beneficio de la voracidad de las financieras, que hoy ostentan el manejo de todas las casas o instituciones de préstamos.
Está pendiente de aprobación una ley que permite la prisión domiciliaria a los mayores de 65 o y 70 años de edad, que ha sido propuesta también por Cabildo Abierto con fundamentos acordes a los criterios más actuales en la materia.
En lo que refiere al relacionamiento comercial, coincidimos con la actitud aperturista del presidente en la búsqueda de mercados, pero vemos dificultades en el TLC con China, cuya pertenencia al BRICS, que también integra el Brasil, constituye un escollo para que pueda concretarse únicamente con el Uruguay.
Ya lo dijo el Cr. Enrique Iglesias, lo lógico y conveniente es hacerlo con todo el Mercosur. Y respecto del TLC con la Unión Europea, amenazada ahora por una probable recesión, las mayores dificultades las impone Francia, que, con pretextos de naturaleza ambiental, disimula el temor de sufrir la competencia de los productos que actualmente exporta en su propio continente.
El futuro, como es visible, se presenta lleno de desafíos que será necesario enfrentar y superar, para lo que se hace necesario más que nunca la unidad y el esfuerzo en común de los integrantes de la coalición republicana para llevar a cabo las transformaciones que el país reclama sin demora.
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