Un ajuste de cuentas más para la estadística oficial
Ahí está Alejandra, derramando lágrimas sin emitir sonido, acariciando el cajón con los restos de su hijo Raúl. 38 años tenía, veinticuatro de ellos consumiendo. El primer porro se lo regalo un amigo, justo después de la segunda cerveza, tenía catorce recién cumplidos. Alejandra hacía doble horario como enfermera en Salud Pública y en una … Sigue leyendo Un ajuste de cuentas más para la estadística oficial
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