Sr. Director:
No voy a hablar del fascismo, movimiento primero (fascios de combattimento) y partido político después (Partido Nacional Fascista) fundado por Benito Mussolini, un exmilitante socialista y combatiente en la Primera Guerra Mundial y que, de no haberse involucrado en el segundo conflicto mundial, lo más probable es que hubiera muerto en su cama, como Antonio de Oliveira Salazar y Francisco Franco. No, voy a hablar de Giorgia Meloni, supuesta o realmente admiradora del Duce. Y tomando prestado el título de la excelente nota de Álvaro Fernández Texeira Nunes del último número y excelente columnista de La Mañana, diré que no llegó al poder por sus sentimientos hacia Mussolini, sino porque la gente, en este caso los italianos, estaban hartos. Hartos de las cosas que Texeira Nunes señala tan bien y que no voy a repetir para no llover sobre mojado.
Pero estimo que hay otro motivo para su triunfo que no se ha mencionado mucho y que es la inmigración. Hace un tiempo un español conocido me decía que yo no tenía idea de lo que era vivir en un piso al lado de una familia de moros, perdón, de magrebíes, no sea cosa que la ONU me estigmatice. Presumo que al igual que en España, en Italia debe ser similar o peor porque a este país llegan más poblaciones subsaharianas. Claro, es fácil decir que esta es una postura racista y no es así, entre otras cosas por una razón muy simple. Si yo tuviera que viajar a Arabia Saudita no consumiría alcohol durante mi estancia, porque esa es la costumbre ancestral del islamismo. Y si no me gusta eso, bueno, lisa y llanamente no iría dado que el visitante extranjero debe adaptarse a las costumbres locales.
No ocurre lo mismo con la inmigración descontrolada a Europa. Quienes allí llegan creen que pueden hacer lo que deseen y eso no debe ocurrir. Deben respetar las tradiciones cristianas de Occidente, no usar velo y varias cosas más. Y como eso no ocurre, molesta y harta. Ese fue otro elemento más que se sumó para el triunfo de Meloni, especialmente entre los votantes de la Liga de Mateo Salvini.
Por ello, los escribas y fariseos que hablan del fascismo no aciertan ni acertaron.
Porque la gente está harta.
Muy atentamente:
Dr. César Eduardo Fontana
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