El sábado pasado el Dr. Pedro Bordaberry escribió un duro artículo contra Cabildo Abierto. Tan duro, que no tuvo mejor idea que titularlo “Kabildo”…
Al comienzo de su artículo, el Dr. Bordaberry dice que “a los observadores de la realidad política” se les hizo “difícil descifrar los fundamentos e ideas del nuevo partido”. Pues bien, la ideología y los principios del Movimiento Social Artiguista –más tarde, Cabildo Abierto– están claramente expresados desde el principio en la web: https://www.msartiguista.uy/Principios/. Y no han variado desde su publicación, a principios de 2019.
Se trata de un pensamiento artiguista, nacionalista, que llega a una concepción determinada de la sociedad, a partir de una concepción determinada del hombre. Es un pensamiento apartado de ideologías –sobre todo de ideologías foráneas, como la de género, ante la cual se han rendido otras fuerzas políticas– y que procura centrarse en los intereses concretos de los orientales de a pie. Puede que de ahí provenga cierta dificultad en entenderlo.
También es posible que la dificultad para comprender a Cabildo Abierto, y cuáles son sus ideas y su propósito en la vida política nacional, provenga de la dificultad para comprender a los hombres libres, no alineados con escuelas de pensamiento internacionalistas o con poderes extranjeros. A veces es difícil comprender que haya hombres que participan en política, procurando defender un pensamiento propio.
El notable crecimiento de Cabildo Abierto desde su fundación hasta las elecciones nacionales de 2019 probablemente se deba a la profunda decepción de muchos votantes con la actuación de aquellos a quienes habían elegido para representarlos durante sucesivos períodos. Cuando esos “decepcionados” llegaron a Cabildo Abierto, nadie les preguntó de dónde venían, sino hacia dónde iban. Con la mira puesta en la meta y no en reproches estériles, aquellos que veníamos de partidos muy distintos fuimos capaces de darnos la mano y mirar hacia el futuro. Creo que, como pocos en este país, el Dr. Bordaberry es capaz de entender la importancia de que a uno no le pregunten de dónde viene, sino a dónde va.
Más adelante afirma el Dr. Bordaberry en su artículo, que “Cabildo Abierto se prestó a que el Frente Amplio clavara una cuña de discordia en la coalición de Gobierno”, al presentar un proyecto de ley forestal con el que blancos y colorados discrepan. Lo que uno se pregunta es por qué el Dr. Bordaberry no considera “clavar una cuña de discordia en la coalición de Gobierno” a la decisión del Partido Colorado de no acompañar la ley de tenencia compartida. O peor aún, a la decisión del Dr. Ope Pasquet de proponer un proyecto de ley de eutanasia y suicidio asistido apenas comenzada la presente legislatura, que no solo divide a su propio partido, sino que, desde el principio, divide a la coalición de gobierno. Lástima que no esté Jorge Batlle para preguntarle qué opina de semejante iniciativa.
En fin… entendemos que no es pertinente ni oportuno exagerar la importancia de proyectos de ley que atañen a cuestiones económicas, que a nuestro juicio, son secundarias. Sobre todo porque en los temas que duelen mucho más al cerno de nuestra cultura como es la dignidad humana, el Dr. Bordaberry sabe que puede contar con Cabildo Abierto. Como integrante de Prudencia Uruguay, sabe que los representantes de este partido, fueron quienes viabilizaron el agregado del capítulo sobre el “fin de la vida” al proyecto de Ley de Cuidados Paliativos, finalmente votado –con algunas modificaciones– por todo el Partido Colorado. Y sabe muy bien que Cabildo Abierto está en las antípodas del pensamiento de los promotores de un proyecto de ley de eutanasia y suicidio asistido, que reiteramos, nació del propio partido del Dr. Bordaberry; proyecto que el Dr. Bordaberry ha enfrentado con gran valentía y dignidad.
Sería una gran pena que integrantes de la coalición que coinciden, en temas fundamentales como la defensa de la vida y de la dignidad humana, terminen divididos por temas secundarios, como son las distintas visiones sobre la economía nacional. Y/o por un proyecto puntual que puede ser discutible, pero que para nadie puede, ni debe ser algo parecido al fin del mundo.
Dios quiera que prime el espíritu navideño y que la unidad en lo esencial, termine primando sobre los distintos puntos de vista en asuntos que son coyunturales.
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