Cabildo Abierto molesta, sin dudas que molesta. Tiene ideas propias y no habla de modo “políticamente correcto”. Y no solo en el frentismo, también dentro de la coalición republicana existen obstáculos que demuestran el empeño en frustrar sus iniciativas.
Como sabemos, esta es una alianza electoral y de gobierno, forjada sobre la base del acuerdo instrumentado en el “Compromiso por el país” que no impide que cada uno de sus integrantes mantenga su individualidad. Por el contrario, esas diferencias enriquecen su propuesta.
Es visible la preeminencia del Partido Nacional y la acumulación de poder que el presidente Lacalle Pou ha ido construyendo hasta el punto de ser excluyente de toda disputa a su liderazgo en el horizonte. Pero ello no debe obstar al cumplimiento de las iniciativas de gobierno que se promuevan por los otros partidos coaligados.
Sin embargo, así viene ocurriendo con las propuestas de Cabildo Abierto. Fiel a los compromisos asumidos ante sus votantes, el Gral. Manini ha propuesto soluciones a los distintos problemas que aquejan a nuestra sociedad, pero no ha sido acompañado por los otros sectores. En cambio, se le acusa de perfilismo para justificar el bloqueo. Como si debiera perder la identidad, renunciar a su programa y someterse a los dictados de los socios sin levantar sus banderas.
Pues, además de los ataques personales, totalmente infundados, que como líder ha venido soportando, no ha logrado concretar sus proyectos de ley en procura de mejorar las condiciones de vida de la gente o alcanzar la reconciliación nacional que pueda disminuir la inocultable grieta que existe en nuestra sociedad.
Nadie puede discutir la sensación de alivio que tuvo la población con la derrota del Frente Amplio. Ver el fin de los abusos y de las corruptelas que día a día saltan a la vista. Terminar con quienes, en lugar de servir al Estado, se sirven del mismo, lucran en su beneficio, participan en las licitaciones con intereses concretos, generan cargos innecesarios para el acomodo de los “compas” y han infiltrado hasta el hartazgo los cuadros de la Administración para su propósito de perpetuarse en el poder o, como ocurre actualmente, gravitar desde la oposición.
A la gente le repugna tanto los robos de alimentos destinados a quienes les falta comida, como las licitaciones de US$ 100 millones para la informática del BROU, que vinculaba a personas muy cercanas a jerarcas del frenteamplismo gobernante. Es hipocresía el aparentar la defensa de los vulnerables y negar una solución a miles de endeudados ante el sistema financiero, o hablar de los asentamientos como vergüenza nacional y haber dejado 600 en todo el país, tras sus 15 años de gobierno.
Pero, además, haber politizado el sistema judicial por medio de Jueces y Fiscales militantes, que actúan facilitando la venganza de quienes siguen lucrando con el dolor, pero quieren además seguir aplicando a los militares penas mayores a las que sufrieron los subversivos que comenzaron la guerra contra un país en plena democracia.
El Gral. Manini anunció en su discurso la convocatoria de un plebiscito para el año venidero para solucionar la reestructura de las deudas y sacar del calvario del “clearing de informes” a cientos de miles de uruguayos. Veremos, entonces, cuál será el posicionamiento de los socios de la coalición y del Frente Amplio y si están dispuestos a asistir a las víctimas de la usura o seguir amparando la exacción por parte del sistema financiero.
Que nadie se equivoque con el sentir colectivo; las palabras de Manini son compartidas por muchos uruguayos que, sin movilizaciones ni paros ni manifiestos, así lo habrán de expresar silenciosamente y en paz en las urnas, cuando sean convocados para hacerlo.
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