Una gran parte de los periodistas incurre en el “error” de calificar como “víctimas” a personas que parece que han efectuado denuncias contra Gustavo Penadés.
Esa forma de calificar a los “denunciantes” es muy apresurada, dado que solo puede considerarse víctima a aquel que ha sido objeto pasivo de algún delito y, por tanto, solo luego de que exista sentencia al respecto o, si se quiere ser muy benévolo en el uso del lenguaje, después de que se haya formalizado al denunciado.
Para los periodistas, esa costumbre errónea de calificar no pasa de ser un yerro, aunque muchas veces podemos pensar que es un yerro malintencionado, vaya uno a saber por qué.
Pero ello es inadmisible cuando proviene de un operador del servicio de Justicia, como es el caso de la Dra. María José Brisco, fiscal adscripta de la Dra. Alicia Ghione, quien tiene a su cargo el análisis de las denuncias contra Penadés.
Muy suelta de cuerpo y quizá encandilada por las luces de su aparición en medios de comunicación, la fiscal adjunta dijo a los entrevistadores del diario El País (25/05/2023) “Víctimas que han declarado, hay ocho”, y acotó: “La Fiscalía tiene alguna más identificada que todavía no prestó declaración”.
¿Pensó acaso la fiscal adjunta que sus infelices declaraciones podrían constituir prejuzgamiento de esa Fiscalía, al apresurarse a considerar a Penadés como culpable de lo que se le acusa, antes de la toma de una decisión al respecto por parte de la Sede?
Y, máxime cuando al salir de la Fiscalía, el senador Gustavo Penadés, lejos de confesar aseguró: “No tengo nada de lo que arrepentirme, no cometí delito”.
¿Alguien tomará en cuenta esta forma de actuar, que tanto daño causa?
José Pedro Isasa
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