“No me queda duda de que en las elecciones en Venezuela hubo fraude”, dijo Daniel Chasquetti a La Mañana. El politólogo considera que Nicolás Maduro se apoya en las Fuerzas Armadas y “no está dispuesto a entregar el control de gobierno”.
¿Cómo califica lo acontecido en Venezuela?
No sé si con el paso del tiempo no vamos a terminar calificándolo como uno de los fraudes más tremendos de la historia. Lo que hubo fue un tremendo voto castigo a Nicolás Maduro y al modelo chavista. De esta manera, queda un presidente cuyo factor de estabilidad y poder son las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, la crisis va a estar muy complicada, ya que la presión internacional no es suficiente y directamente el chavismo, por distintas razones, no está dispuesto a entregar el poder.
Se encuentra en medio de esta polémica el tema de las actas electorales presentadas por la oposición, pero que Maduro dice que son falsas. Frente a esto, ¿para usted no hay duda de que hubo fraude?
No me queda duda, porque hay varios argumentos. En el tema de las actas la oposición fue inteligente e hizo algo que ya había hecho el chavismo. Hace unos 15 años, en una elección había mucha discusión y en esa ocasión el gobierno de Hugo Chávez juntó las actas y las puso en la web. Ahora me parece que las actas publicadas por la oposición son las reales. No se puede falsificar 10.000 actas en cuatro horas. Tal vez el gobierno está intentando hacer eso ahora, porque no ha presentado ni una sola y el sistema de votación es bastante seguro, por lo que hay una manipulación. Otra razón para decir que existió fraude es que los números que divulgaron la noche de la elección son números. La probabilidad de que los porcentajes cierren de manera perfecta, o sea que no tengan decimales, es prácticamente cero. Lo otro es que si en verdad el gobierno hubiese ganado legítimamente mostraría las actas.
¿Cuál es la diferencia entre esta elección y otras, en las que también se hablaba de fraude?
En esta elección, el factor determinante es que la oposición se organizó, en el sentido de que encontró una plataforma de unidad. En el movimiento opositor hay de todo, desde sectores ultraderechistas hasta de izquierda, los viejos partidos tradicionales y movimientos nuevos. Pero consiguieron unirse, algo que a veces es tan difícil en política. Antes, ese factor no estaba. Había disputas por el liderazgo. Hoy está claro que María Corina Machado es la líder. Se organizó también planteando una estrategia. Parecen ir siempre un paso adelante. Como en un partido de ajedrez, sabían que iban a ganar y establecieron que los fiscales tenían que conseguir las actas y luego enviárselas. Y después del acto electoral contaron con el favor del pueblo. Porque ellos tenían algo así como el 60% de las actas, luego subieron a 83%, ya que la gente les alcanzaba las actas que tenían de esa noche.
También consiguieron unos niveles interesantes de organización territorial. Venezuela es un Estado federal y la oposición consiguió reproducir organizativamente la estructura del Estado. En cierto modo, tienen un nivel de movilización fenomenal, aun en medio de la represión. Esa organización territorial antes no estaba y se movían divididos y dispersos, pensando que simplemente con el voto de opinión podrían sacar al chavismo.
El último factor es que el régimen nunca estuvo tan aislado. A nivel internacional, si bien todavía tiene ciertos apoyos, no son los de antes, cuando había dirigentes de primera línea a favor. Hoy México, Colombia y Brasil están haciendo una especie de puente, pero en ningún momento reconocieron a Maduro. Además, han dejado abierta la idea de que efectivamente se ha establecido una trampa electoral. Las diferencias con el pasado son bastante notables.
¿Cómo evalúa la reacción del gobierno de Uruguay y la región tras estas elecciones?
En Uruguay, el presidente Lacalle Pou se apresuró y la misma noche largó un tuit. Pero no lo critico por esto, ya que hizo lo mismo que el presidente de Chile, Gabriel Boric. Luego, la Cancillería emitió un comunicado un poco más equilibrado, en el sentido de la forma, pidiéndole al gobierno de Venezuela que muestre las actas. Ese comunicado está bastante alineado con Brasil. Pero este tipo de acontecimientos tienen una dinámica. A medida que la oposición publica las actas, Maduro decide comenzar a reprimir. No puede permitir que la oposición esté activa, porque el daño que le hace es gigante, ya que su peor riesgo es que se quiebren las Fuerzas Armadas. La técnica de la oposición ya está muy dirigida a los mandos medios y se debe recordar que el único sostén interno que tiene el gobierno venezolano son las Fuerzas Armadas. Entonces lo que hizo Maduro fue salir a reprimir y perseguir opositores. En esta dinámica, Uruguay o cualquier otro país tiene que seguir esa misma posición e ir evolucionando. Entonces se tomó la resolución de reconocer a Edmundo Gonzales como electo, que es lo que están haciendo todos los países del hemisferio occidental.
En el pasado se reconoció a Juan Guaidó como presidente, y no pasó nada que cambiara el rumbo político en Venezuela. ¿Cuál es la diferencia ahora?
Guaidó no es el resultado de una elección. En 2019 hubo una elección legislativa, en la que obviamente hubo fraude. Perdió el régimen y se generó una situación de crisis, porque el gobierno no reconoció el resultado. La oposición, con mayoría en la Asamblea Nacional nombró a un presidente del país. Entonces la legitimidad de Guaidó no se puede comparar. Era como un primer ministro y en Venezuela hay un sistema presidencial y los presidentes deben su legitimidad al voto. Entonces es incomparable Juan Guaidó con Edmundo González. Esa idea de 2019 de armar un gobierno paralelo no funcionó y esto es distinto.
Un tema que divide al FA
En referencia a la posición del Frente Amplio, ¿cómo queda tras no votar una declaración del Parlamento, aprobada por mayoría, en la que se habla de fraude electoral?
Este es un tema que divide al Frente Amplio. Hay fuerzas minoritarias, pero de mucho peso, como el Partido Comunista, que están alineados con Maduro. Lo del Partido Comunista de Uruguay es una cuestión bastante inexplicable, porque en la dictadura sufrió y fue muy golpeado. Debería ser sensible ante este tipo de casos. Lo que ocurre es que ellos ponen en primer lugar el enfrentamiento izquierda-derecha, en lugar de poner el eje democracia-autocracia. Eso lleva que exista una distorsión en el orden de prioridades, expresando un compromiso democrático más débil. Entonces las estructuras del Frente Amplio y los grupos más moderados tienen que lidiar con eso. De esta manera las posiciones de esta fuerza son casi siempre una resultante de la interna.
El sector de Mario Bergara y algunos otros moderados están en este tema más próximos a la posición de los partidos tradicionales, el MPP está en el medio y el Partido Comunista y un sector del MPP del otro lado. Al respecto hay un hecho curioso: el MLN que es una especie de estructura sin un funcionamiento típico de sector político, emite una declaración de la que luego nadie se hace cargo. Al parecer la escribieron los delegados que estaban en Venezuela por las elecciones. Pero los senadores Alejandro Sánchez y Daniel Caggiani, del MPP, se desmarcan y dice que ese comunicado no los representa.
¿Estas posiciones pueden afectar en algo las próximas elecciones en Uruguay?
La política internacional nunca define elecciones en Uruguay. Pero este caso de Venezuela es especial. Veo algunos posteos en redes que plantean “hablan tanto de Venezuela, pero quieren un TLC con China o los Emiratos Árabes y jamás cuestionan que en esos países no hay democracia”. Eso es cierto, es una contradicción. Lo que ocurre es que Venezuela está en América Latina. Es un país próximo a nosotros. Tenemos el exilio económico venezolano que entró en los últimos años y lo otro es que cuando estuvimos en dictadura Venezuela dio una mano y muchos uruguayos fueron allí. También está el caso de Elena Quinteros, que llevó a Venezuela a romper relaciones con la dictadura. Hay como una cuestión moral y, por lo tanto, no es lo mismo Venezuela que Emiratos Árabes o China.
Un proceso que empeora
La historia, desde Chávez hasta ahora, ha sido siempre la misma con respecto a las elecciones, y nunca cambió nada. ¿En qué se diferencia esta situación de las otras?
Quiero hacer una aclaración. El proceso de Venezuela fue empeorando con el paso del tiempo. Diría que hasta el 2007 o 2008 no había dudas de que Chávez ganaba las elecciones, legítimamente. Pero su práctica política era avasalladora y sus medidas eran muchas veces inconstitucionales, como por ejemplo expropiaciones y persecución a medios de comunicación. Cuando muere Chávez todo empeora, ya que se pierde el líder, el caudillo. Desde que está Maduro los problemas de legitimidad del régimen se agravaron y no tiene capacidad para resolver los problemas del país. Necesita expulsar gente. La economía no es lo suficientemente próspera para satisfacer a todos. Hay un fenómeno inusual y único: expulsaron a siete millones de personas en una década. Entonces, cada vez que van a elecciones es un problema. De todos los casos que habíamos visto hasta ahora, este es el más contundente y el más claro de que hubo fraude, donde la oposición jugó mejor.
¿Cómo observa el futuro para Venezuela?
Lamentablemente soy pesimista. Maduro perdió la elección, no tiene las actas y está encerrado. Sigue profundizando la estrategia de que ganó. A Maduro le queda un solo camino, reprimir y transformarse en una dictadura abierta y refugiarse en el club de los autócratas del mundo.
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