Mirar al futuro y recuperar el potencial de Cabildo Abierto son las principales tareas que se plantea el líder del partido, Guido Manini Ríos. No obstante, ponderó el rol cabildante durante el gobierno y las consecuencias de su debilitamiento. En entrevista con La Mañana, Manini subrayó que las banderas fundacionales siguen vigentes, aseguró que volverá a presentar las propuestas de seguridad pública al nuevo ministro del Interior y señaló algunas prioridades parlamentarias.
Ya pasaron algunas semanas de las elecciones. ¿Cuál es su ánimo ahora y en qué está pensando?
Sin lugar a duda, los resultados electorales no fueron los esperados. Fue un golpe fuerte para toda la militancia cabildante el de las dos elecciones, porque nosotros apostamos también a la Coalición Republicana. Creo que ahora lo único que cabe es mirar al futuro y pensar en cómo recomponer a Cabildo Abierto, habiendo quedado demostrado que es una herramienta fundamental para que la coalición vuelva a ser una opción electoral en el año 2029. Nosotros vamos a trabajar y ya estamos comenzando las conversaciones y actividades, charlas con dirigentes y referentes, para que el partido vuelva a tener la fuerza que tuvo.
Como presidente de Cabildo Abierto, ¿cuáles van a ser sus prioridades para los próximos años?
En el año 2025 vamos a convocar a un congreso del partido, seguramente en mayo, poco después de las departamentales, para renovar los estatutos y contar con reglas que aseguren la unidad del partido, para que pueda transitar en un clima de sumar entre todos sus integrantes, cambiando cosas que hemos visto que no han sido buenas para la interna de Cabildo Abierto. Deben ser bases que permitan cimientos sólidos para un camino nuevo y una renovación del partido en sus instituciones internas y también en lo que ofrecemos a la sociedad y poder salir nuevamente a la cancha a hablar con todos.
Las banderas de Cabildo Abierto, lo que defendió en el año 2019 y en adelante, tienen la misma vigencia hoy, como la defensa de los deudores ante el abuso que sufren por parte de los acreedores, las medidas que hay que tomar en materia de seguridad pública, los cambios en las políticas de drogas, la defensa de la pequeña y mediana empresa nacional, la defensa de la familia, entre otras, que no podemos darnos el lujo de arriarlas. Para eso precisamos este instrumento que es Cabildo Abierto y el congreso va a ser una buena oportunidad de sentar las bases y a partir de ahí salir a recuperar buena parte del terreno perdido.
De cara a ese congreso, ¿están previstas reuniones con las agrupaciones y referentes del partido en el país?
Por supuesto que sí. Yo tengo previsto al inicio del año, por marzo y abril, hacer una recorrida, hablar con dirigentes en todo el país. Están todos en cierta forma golpeados por los resultados electorales y necesitando conversar para establecer claramente cómo sigue para adelante el partido. Es claro que tenemos que recomponer un clima de unidad en torno a las banderas que nosotros hemos defendido y que, repito, tienen la misma vigencia. Vamos a hacer ese trabajo previo al congreso para que todos estén en sintonía y puedan hacer sus aportes en lo que es la crítica de lo que se hizo mal y tenemos que corregir, y también en propuestas en cuanto a los cambios a implementar para cambiar la realidad del partido.
¿Cuál va a ser la estrategia de Cabildo Abierto para las elecciones departamentales? ¿Qué objetivos se trazan?
Indudablemente Cabildo Abierto tiene limitaciones en los distintos departamentos en cuanto a que no hay caudillos locales de arrastre popular con posibilidades de ganar las intendencias. Sí tenemos gente muy capacitada que se ha desempeñado en este período y lo puede hacer en el próximo también como ediles. Vamos a trabajar en los distintos departamentos para ofrecer a candidatos que puedan acceder a una banca departamental y el objetivo principal es ese. En algunas localidades también tenemos gente que va a pelear por la alcaldía, que está capacitada y tiene esa potencialidad. En este período que termina hemos tenido una docena de ediles en distintos departamentos y vamos a buscar reeditar esa elección en los mismos o en otros departamentos para mantener la presencia a nivel local en todo el país.
La pasada semana se reunió una mesa de coordinación de la coalición pensando en las elecciones departamentales. ¿Está previsto que esa mesa se pueda mantener de manera permanente?
Es lo deseable y el clima que reina es coalicionista, a pesar de que quedó limitado en estas elecciones departamentales a solo tres departamentos, porque cuando se planteó esto el Partido Nacional no quiso llevarlo más allá de Salto, Canelones y Montevideo. Pienso que cada vez más va ganando un espíritu coalicionista y la voluntad de mantener esa mesa coordinadora, que creo que llegó para quedarse.
En una entrevista reciente, el director del diario El País, Martín Aguirre, dijo al semanario Voces que “la sensibilidad de la coalición se volcó siempre más para el lado de Mieres que de Manini y de alguna manera eso colaboró en alejar del espectro electoral que llevó a la coalición al gobierno a una cantidad de gente que naturalmente terminó volviendo al MPP”. ¿Coincide con ese análisis?
Sí, yo ya he dicho públicamente que la debilidad de Cabildo Abierto fue una de las causas, no la única, que generó la derrota de la coalición. Creo que es claro que desde el primer día hubo cierta hostilidad de los propios socios de la coalición hacia Cabildo Abierto. Cada vez que planteábamos o hacíamos una propuesta era mirada con recelo, los proyectos de ley iban a un cajón o si eran considerados buenos al poco tiempo se los desempolvaba con otra autoría para darles trámite. También se han vetado leyes del partido, es decir, hubo un trato poco amigable de los propios socios. Coincido con lo que dice Aguirre, me parece evidente para cualquiera que analice la realidad de lo que pasó estos años. Hubo una actitud hacia Cabildo Abierto que no la hubo hacia los demás socios de la coalición.
En reiteradas oportunidades le dije a referentes de la coalición, a senadores e incluso al propio presidente de la República y al candidato Álvaro Delgado que el debilitamiento de Cabildo facilitaba el triunfo del Frente Amplio y lo dije no ahora, faltando quince días, sino hace un año y medio o más. Pero la actitud no cambió mucho hacia Cabildo Abierto y estamos viendo esas consecuencias. El origen de esto es también que hay diferencias en cómo vemos nosotros algunos problemas y soluciones, y nuestras propuestas han diferido, por ejemplo, en materia de la deuda los socios no estuvieron de acuerdo, o en ponerle ciertos límites a la forestación, en políticas de drogas, en políticas económicas, en un montón de propuestas que no coincidían con los socios de la coalición. La forma en que se fue tratando esto fue llevando a ese clima que Aguirre describe perfectamente.
¿Considera que en estos años Cabildo Abierto dio una “batalla cultural”? ¿En qué se evidenciaría si fuera así? ¿No acompañó la coalición en esa actitud?
No sé si llamarle “batalla cultural”, pero nosotros en todo momento tratamos de que los cambios que se implementaron fueran más profundos. Por ejemplo, la ley que contó con nuestros votos para obligar a la personería jurídica a los sindicatos, nosotros quisimos que tuviera otros componentes como el voto secreto obligatorio en los sindicatos y que no obligara al empleador a retener la cuota sindical para hacer más cristalina la relación de los sindicatos con los trabajadores, sin embargo, los socios de la coalición no quisieron incursionar en estos artículos para no generar conflictividad, para no chocar.
En el tema de las auditorías nosotros pedimos que fueran en todas las reparticiones públicas y fueran de gestión, no solo contables como fue en algunas. Entendíamos que se podía llegar a encontrar muchas cosas que ameritaran la intervención de la Justicia. Las dos o tres que se hicieron terminaron en la Justicia, luego si actúan o no, es otro tema.
Cuando se habla de la transformación educativa, nosotros decíamos que estaban muy bien estos cambios en la gobernanza de la educación, en algunas denominaciones de cursos, pero realmente el fondo, que son los contenidos, que es la formación estudiantil, a eso no se lo tocó, vamos a no engañarnos ni hacernos trampas al solitario. ¿Cómo vamos a cambiar los productos que van saliendo de esa enseñanza muchas veces ideologizada, violatoria de la laicidad en las propias aulas, si no hacemos ni siquiera el amague de cambiar los contenidos y tratar de incidir en el cuerpo docente para que cambien ciertas realidades? Entonces, no es que fuéramos más confrontativos, sino que queríamos ir más a fondo en una serie de temas. Y yo creo que se están pagando las consecuencias de no haber querido hacerlo.
La Corte Electoral está haciendo el control de firmas para el plebiscito por una deuda justa. ¿Qué expectativas hay y cómo se va a encarar esa campaña?
Primero, vamos a esperar a que se dé la validación de las firmas. Hoy se lleva revisada una parte pequeña del total, pero el porcentaje de firmas rechazadas por no coincidir está superando el margen que podemos soportar. Claramente, me parece que ha sido un error de la propia Corte habilitar que el sistema sea con firmas y no con huellas digitales. La Corte tiene dactilógrafos, pero no tiene peritos calígrafos, entonces pasan casos en que la firma es diferente porque se firma a veces cuarenta años después de haber sacado la credencial. A mí me pasó en mi despacho con una persona que me pidió papeleta para firmar, se la di, vi que firmó con un garabato y cuando le pregunté si era su firma de la credencial me respondió que no, que era la actual. Entonces digo, a cuánta gente le habrá pasado.
Hoy el porcentaje que no coincide es alto, nosotros vamos a pedir una revisión o la instancia que tengamos, porque es claro que una persona que aporta los nombres y apellidos, credencial y fecha de nacimiento rara vez será otra persona que la que está firmando. Estamos expectantes. Si se validan por supuesto que vamos a ir a cuanto medio de comunicación haya a explicar en qué consiste la propuesta, que yo creo que una buena parte de los uruguayos lo tiene bien claro sobre cómo le está pegando ese endeudamiento injusto que está sufriendo.
¿Hay ambiente a nivel político para una solución legal al tema de la usura y el endeudamiento? ¿Hubo algún contacto en los últimos meses?
No hubo nada serio, solo expresiones de deseo de que esto hay que arreglarlo por la vía legal. Hubo una solución a un sector de los endeudados que se llevó adelante a través del Banco Central y algunas instituciones prestamistas, que fue buena cosa y solucionó el problema a casi 200 mil uruguayos, lo cual no es poco y hay que valorarlo. Pero no hubo la disposición seria de ir a fondo con una ley que realmente le arreglara el tema al grueso de los deudores que rondan el millón de uruguayos. Seguramente si este plebiscito prospera va a haber otro ambiente para tratar de encontrar una solución de una vez por todas a un asunto que yo creo que es una vergüenza que todavía no la tenga.
¿Qué sensaciones le dejó la experiencia en el Senado durante estos años? ¿Cuáles son los hitos que más recuerda de su participación?
Una sensación a veces de impotencia, de no poder sacar adelante proyectos que realmente entendemos que son necesarios. Presentamos un proyecto para establecer ciertos límites a las facultades del Poder Ejecutivo a hacer concesiones por décadas para adelante y que se requiera la venia previa del Senado porque entendemos que no se puede hacer con la firma de cuatro funcionarios. Cuando lo presentamos, algún senador del oficialismo se mostró muy molesto porque era como dudar de la buena fe de los gobernantes y le dije: “¿Ustedes piensan que van a ser gobierno toda la vida? Esto es para cualquier gobierno que venga, no es dudar del Partido Nacional o de nadie en particular”. Dicho y hecho, ahora habrá otro gobierno y ese proyecto naufragó porque nadie tuvo interés en promoverlo. Lo mismo nuestro proyecto sobre auditorías obligatorias o las modificaciones a la ley de violencia de género. Faltó un poco de grandeza y ahí tenemos un sentimiento de impotencia. Más allá de eso, el estar en el Senado es estar en un lugar privilegiado para seguir el derrotero político del país y uno lo sintió así, como protagonista en estos años de la marcha política del país.
¿Cuáles van a ser los proyectos de ley prioritarios para Cabildo Abierto? ¿Conversó algo con los diputados reelectos Silvana Pérez y Álvaro Perrone?
Nosotros vamos a insistir con el proyecto de ley de las modificaciones a la Ley 19.580 –sobre violencia de género–, aunque entendemos que con muy pocas posibilidades al tener el Frente Amplio mayoría en el Senado, pero creemos que es importante revisar eso. Vamos a plantear nuevamente la ley que establece ciertos límites a las plantaciones de árboles en las mejores tierras del país que fue aprobada con los votos del Frente Amplio, luego vetada y ahora puede volver a ser aprobada y se supone que esta vez sin veto presidencial. También tenemos los proyectos que hablamos de la venia del Senado a las concesiones o el de auditorías obligatorias. Y luego estaremos haciendo nuestros aportes en las instancias presupuestales y demás. Trabajaremos en conjunto con los dos diputados, hemos tenido ya varias reuniones en estos días con ellos y el ánimo es trabajar en conjunto como bancada de Cabildo Abierto, que por más exigua que sea tiene su importancia matemática en la Cámara de Representantes y trataremos de que las cosas se hagan lo mejor posible.
¿Está dispuesto a llevarle las propuestas de seguridad pública al próximo ministro del Interior, tal como lo hizo durante esta administración con los sucesivos ministros?
Por supuesto que sí. Lo mismo que hicimos con los ministros de esta administración, le llevaremos un documento con nuestra propuesta de seguridad al nuevo ministro que asuma el primero de marzo con la expectativa de que al menos sea considerada o constituya un aporte que en algún momento pueda servir a la nueva administración. Nosotros creemos que si el Ministerio del Interior cumple una buena gestión va a ser en beneficio de todos los uruguayos y en eso no podemos actuar con ningún tipo de mezquindad.
¿Qué espera para los próximos años del gobierno de Frente Amplio?
Tengo expectativa de que incursione en la búsqueda de soluciones a los problemas que vive el país. Creo que no escapa a nadie que los problemas graves que hay hoy a nivel del declive de calidad de la educación son marcados y tienen efectos muy malos en la sociedad. O con la problemática desde el punto de vista demográfico en Uruguay, respecto a la cual presentamos otro de los proyectos que no han sido considerados para el estímulo a los nacimientos. Es importante que se tomen medidas al respecto. Los resultados del censo que recibimos en las últimas horas creo que son alarmantes, gravísimos y la tendencia es a ir empeorando. Si no se cambia esa realidad, ¿qué futuro de país tenemos? Espero que el nuevo gobierno esté a la altura de las circunstancias y tome medidas, lo mismo con el endeudamiento de la gente o la defensa del trabajo nacional y las pymes. Ojalá que se cumpla esto y ver soluciones.
¿Sigue los eventos de la política internacional? ¿Cómo ve al Uruguay en los próximos años en este contexto?
Indudablemente, Uruguay tiene que apostar al respeto del derecho internacional porque lo peor que le puede pasar es que prevalezca la ley del más fuerte. Nuestro país tiene que ser un defensor permanente de aquellos acuerdos que han conformado el equilibrio mundial hasta el día de hoy. Ante estos eventos que están ocurriendo y ponen en riesgo ese equilibrio, Uruguay tiene que levantar su voz en todos los foros reclamando el cumplimiento de ese derecho internacional que es nuestra única defensa. Entiendo que a nivel regional el Mercosur, por más que sea deficitario en su funcionamiento o tenga sus problemas, es un marco importante que mantener porque nos da más fortaleza a la hora de negociar con los poderosos del mundo. Sin el Mercosur somos muchísimo más débiles que formando parte del bloque. Lo que hay que buscar es que su funcionamiento mejore y pueda servir para los fines para los que se creó hace ya casi cuarenta años y a los que muchas veces no ha servido.
La postura de Cabildo Abierto respecto al IVA personalizado
“Una de las propuestas que hicimos en el 2021 dentro del paquete de 22 medidas económicas para apoyar a la micro, pequeña y mediana empresa, que en su momento fue ninguneada por las autoridades, fue la que en estos días está siendo tan comentada sobre el IVA personalizado”.
“Debe precisarse que puede haber muchas formas de personalizar el IVA y dependiendo de cómo se haga para nosotros será bueno o malo. Nuestra propuesta se refería a productos que tienen un IVA mínimo del 10%, a productos de la canasta básica familiar fundamentalmente y otros más que pueden tener el IVA completo, que entendemos que lo justo es que aquellos que tienen problemas para poder pagarlo quedaran exonerados y que aquellos que realmente pueden pagarlo completo lo hagan al 22%”.
“En su momento se ignoró el tema, pero un año después se comenzó a aplicar ese IVA personalizado a los que tienen determinados planes y tarjetas del Mides. Ahora vemos que se toma nuevamente esa idea y hay que ver para decir si estamos de acuerdo o no, si realmente va en el sentido que nosotros decimos”.
¿Tiene previstas lecturas para este verano?
“Voy a releer el libro de Mario Cayota titulado Artigas y su derrota. ¿Frustración o desafío? y tengo otro de Ricardo Pascale que me lo regaló él mismo pocos días antes de morir titulado El Uruguay que nos debemos. Convergencia y sociedad del conocimiento”.
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